Vacuna Made in Argentina.
Por primera vez en la historia de nuestro país, una vacuna preventiva de enfermedades infecciosas completa la Fase I.
Fue desarrollada por el Conicet, la Universidad Nacional de san Martín (Unsam) y el Laboratorio Cassará, destacando que es “segura y muy inmunogénica”.
Según el reporte sobre los ensayos clínicos de la Fase I, de los que participaron 80 personas sanas previamente vacunadas contra el SARS-CoV-2, los resultados arrojaron datos muy positivos, aseverando que la vacuna ARVAC CG es segura y muy inmunogénica.
Es la primera vez que una vacuna infecciosa diseñada y desarrollada integralmente en nuestro país, completa con éxito los estudios clínicos de la Fase I.
“Está diseñada para ser usada como refuerzo y se basa en la tecnología de proteína recombinante, considerada muy segura, ya que se utiliza desde hace décadas para fabricar la vacuna contra la Hepatitis B que se utiliza en niños recién nacidos, o contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) que se aplica a adolescentes”, señalaron desde el Conicet en un comunicado.
“La forma de medir la eficacia de ARVAC CG como vacuna de refuerzo fue determinar, la cantidad de anticuerpos neutralizantes que tenían las personas antes y después de recibir la vacuna. Los anticuerpos neutralizantes son los que impiden que el virus SARS-CoV-2 ingrese a las células y se replique”, agregaron.
“Se comprobó que nuestra vacuna induce un incremento de hasta 30 veces de esos anticuerpos contra tres variantes del virus: Ómicron, Gamma y Wuhan”, relata Juliana Cassataro, líder del desarrollo e investigadora del Conicet, en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas Dr. Rodolfo Ugalde, que depende de la Unsam y del Conicet.
Además, Cassataro destaca también que ARVAC CG está diseñada para que pueda actualizarse su principio activo para hacer frente a nuevas variantes que puedan escapar a la respuesta inmunológica inducida por las vacunas que se aplican a la población en la actualidad.
“Completar el desarrollo de ARVAC CG le permitirá a Argentina dejar de utilizar dólares del Banco Central para financiar la compra de vacunas importadas e inclusive podrá generar divisas exportando la vacuna nacional a otros países de la región”, asevera el Conicet.
Los estudios clínicos de Fase II/III serán completados según las estimaciones en el primer trimestre del 2023, lo que permitirá que ANMAT autorice la vacuna durante el año próximo.
Debido a su tecnología de proteínas recombinantes Flex disponible en la región y no necesitar ultra frío, esta vacuna promete ser una joya de exportación.
“Algo que aprendimos durante la pandemia fue preguntarnos ¿Qué capacidad productiva tenía la Argentina para hacer una vacuna a escala mundial? A nosotros no nos importaba tanto la innovación, sino un producto que sirva para el mayor número de personas”, agrega Cassataro.
“Este tipo de tecnología se guarda en la heladera y puede durar un año; por lo tanto, para la distribución en lugares remotos donde no tiene acceso a un freezer de 70 es sustancial. Y otro tema es que esta plataforma ya tiene capacidad de manufactura en la región. Ya hay plantas que producen anticuerpos monoclonales y pueden hacerlas a lo largo y ancho del país”, explicó el Biólogo y Coordinador del área de I+D de biofármacos del Laboratorio y Fundación Pablo Cassará, Dr. Juan Manuel Rodríguez.
“Este es un proyecto que enfoca la capacidad científico-tecnológica argentina en resolver necesidades concretas con alto impacto sanitario y económico. El proyecto va a dejar instalada una plataforma de desarrollo y producción de vacunas recombinantes que podrá ser utilizado para nuevas vacunas en el futuro”, explicó Jorge Cassará, Directivo del Laboratorio Homónimo.
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Fuente: Fundación Medifé, Télam, América TV, Televisión pública Noticias, UNSAM San Martín, Infobae.