Tres consejos para cuidar tus ahorros hasta después de las elecciones
Cada elección en Argentina produce movimientos bruscos en la economía. Conoce cómo podes, con una planificación, reservar tus ahorros en lo que queda del año.
Último trimestre del año, con unas elecciones legislativas a la vista. La economía, tanto familiar como nacional, nos desafía a buscar un orden en nuestras finanzas personales. Gracias a la educación financiera, podemos obtener algunas claves para llegar a fin de año sobre terreno más firme y con más aire monetario.
Anotar todo
Comenzamos por algo simple y básico que es el hecho de registrar cada cosa en la que gastemos. Hay que escribir y detallar todo lo que compremos. Ya sea que usemos un cuaderno con hojas rayadas, cuadriculadas o bien algo más sofisticado como un Excel.
Lo ideal es que todo lo registrado, lo dividamos en categorías y nos planteemos objetivos con diferentes plazos. Luego de observar y sacar cuentas de lo que nos ingreso y egreso, buscar la mejor estrategia para invertir.
El presupuesto nos ayudará a enfocar siempre nuestras metas y caminos a seguir. Según los especialistas, contabilizar lo que presupuestamos es el primer gran paso, ya que nos ayuda a organizarse financieramente. Con esta herramienta vamos a entender hacia qué lugares podemos movernos, ya que vemos reflejado en números lo que entra y lo que sale.
Hoy en día es fundamental tener ordenada las cuentas. Además de contabilizar en que gastamos, nos ayuda a destinar el dinero en lo que realmente nos da placer y satisfacción. No es recomendable dejar librado todo a los impulsos.
Una ley fundamental acá es no menospreciar cualquier salida de dinero que tengamos, por más ínfima que resulte ser. Los gastos pueden ser variables y fijos: los gastos fijos, son aquellos que sabemos que van a suceder todos los meses (alquiler, colegio, expensas, servicios e impuestos, etc). Los gastos variables, son los que pueden ir cambiando según la etapa del año: ropa, regalos y salidas.
Llegó el momento
Ya consumado el armado de nuestro presupuesto, ahora toca el momento de ahorrar, para que luego podamos invertir. Este ítem deberíamos contemplarlo dentro de lo que gastamos, ya que muy probablemente a fin de mes no nos quede tanto resto como para generar un ahorro.
La capacidad de ahorro depende de muchos factores: La edad, el patrimonio y expectativas laborales, entre otras. El aspiracional para ahorrar sería entre un 10 y un 15% del ingreso anual, según recomiendan los expertos en educación financiera.
Una de las mejores formas de ahorrar es poniendo objetivos y sueños concretos que queremos cumplir. Viajes, mudanza, fiesta, una linda vejez, etc. Cada quien tiene sus deseos para los cuales necesita dinero.
Los Gurús del ahorro siempre arrojan tips para tomar en cuenta: generar un hábito y disciplina. Reducir gastos. Aprovechar descuentos y promociones. Y utilizar también los ingresos adicionales.
Dar el salto
Ahora llega el momento de la verdad, el de invertir. Este es el instante en el que tomamos la decisión de poner a trabajar nuestro dinero. Ya decidimos cómo presupuestar y como vamos obtener ahorros, ahora hay que buscar que esto crezca. Esto es sólo un paso más a la concreción de nuestros objetivos y sueños.
La rentabilidad que obtengamos de nuestro dinero invertido, ayudará a que nuestro capital crezca de una manera exponencial. Hay que tener en cuenta, que toda inversión puede tener un riesgo, pero esto no debe limitarnos. Si queremos alcanzar nuestras metas, debemos comprender que hay plazos para estas tareas y no siempre logran cumplirse rápido.
Antes de poner el dinero en un fondo de inversión, o donde sea que quieras hacerlo, arma tu perfil inversor. Esto depende de nuestra personalidad, ingresos y edad, entre otros. La combinación de todas y el horizonte de inversión, es decir el objetivo y su respectivo tiempo para cumplirlo, harán que seamos más o menos arriesgados.
Para ser un inversor los Fondos Comunes de Inversión (FCI) son una gran oportunidad. Tienen oferta y productos para distintos perfiles de riesgo. Para los más osados, los FCI de acciones, para los menos los de renta fija.