Salud: Ondas gamma.
Podrían convertirse en un tratamiento ante la depresión.
Un estudio realizado con ratones por científicos norteamericanos, revela las formas en que las ondas gamma pueden afectar el bulbo olfativo y como podrían crear terapéuticas.
El trastorno depresivo mayor (TDM) es una patología psiquiátrica frecuente y grave que debilita al paciente y frecuentemente resiste a la farmacoterapia.
En la actualidad esta enfermedad (TDM) está aumentando, ya que la pandemia por COVID-19 dejó como saldo más 50 millones de casos nuevos, incluso, antes de la pandemia, la depresión era la segunda causa principal de discapacidad a nivel mundial.
Un estudio realizado por investigadores de la Escuela de medicina Grossman de la Universidad de Nueva York y la Universidad de Szeged en Hungría, logró avanzar en la investigación de nuevos desarrollos para tratar esta enfermedad.
La investigación fue realizada en ratones y ratas, en las que hallaron que restaurar ciertas señales en la región del cerebro que procesa los olores contrarresta la depresión. Los resultados del estudio se basan en torno a las células nerviosas (neuronas), que emiten señales eléctricas para transmitir información.
La comunicación efectiva entre las regiones del cerebro demanda que los grupos de neuronas sincronicen sus patrones de actividad en períodos repetitivos de silencio conjunto de actividad simultánea. Uno de ellos llamado gamma se repite unas 30 veces o más en un segundo y es un patrón de tiempo importante para la codificación compleja, que principalmente incluye las emociones.
Las causas de este proceso no son muy conocidas, pero estudios anteriores reflejan que la depresión se refleja en cambios en la oscilación gamma, como un marcador electrofisiológico de la enfermedad en las regiones del cerebro que manejan el sentido del olfato, y que también se relacionan con las emociones.
Estas zonas incluyen el bulbo olfatorio adyacente a la cavidad nasal, que se estima que es una fuente y un conductor de oscilaciones gamma en todo el órgano cerebral.
Para tratar de probar esta hipótesis, se cerró la función de la bombilla usando técnicas genéticas y de señalización celular, se pudo observar un aumento relacionado con comportamientos semejantes a la depresión en los roedores y luego se revirtió ese comportamiento usando un dispositivo que aumentó las señales gamma del cerebro, ubicándolas en su ritmo natural.
Los experimentos demostraron que existe un vínculo mecánico entre la actividad gamma deficiente y la disminución del comportamiento de depresión en ratones y ratas, con cambios de señal en los sistemas límbico olfativo.
Finalmente, este estudio demuestra el poder de la mejora gamma como un puntapié potencial para contrarrestar la depresión y la ansiedad en los casos en los cuales los medicamentos no son efectivos, ya que el trastorno depresivo mayor es una enfermedad psiquiátrica grave, común y que a menudo es resistente a la terapia bajo medicamentos.
Las emociones pueden ser alteradas debido a la fuerza de las señales gamma, posiblemente causados por infecciones, traumatismos o fármacos desde el bulbo olfatorio hasta las regiones cerebrales del sistema límbico. Sin embargo, se desconocían sus razones. Según la teoría, la depresión surge debido a los cambios en los patrones gamma salientes hacia otros objetivos cerebrales.
Gracias a esta prueba, se pudo comprobar que la supresión crónica de las señales del bulbo olfativo, incluida las gamma, no solo induce a comportamientos depresivos durante la intervención, sino también durante los días siguientes.
Para poder mostrar el efecto de la pérdida de la oscilación gamma en el bulbo olfativo, se utilizaron varias pruebas estándar de depresión en roedores, incluidas medidas de la ansiedad que es uno de los síntomas principales.
En el futuro seguramente se tratará de establecer y/o determinar cómo los patrones de activación de las ondas gamma se convierten en emociones, esto implica descifrar el vínculo entre el bulbo y las regiones a las que se conecta, a medida que el comportamiento cambia.
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Fuente: Psicoactiva, Infobae, Clínica Universidad de Navarra, Clínica de Barcelona.