¿Qué pasará con las reservas del BCRA?
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Para restringir la demanda, se decidió añadir una percepción del 35% para la compra de dólar ahorro y gastos en dólares, restringir el universo de gente que puede comprar los US$ 200 mensuales y limitar el acceso a dólares para empresas que deban cancelar deudas en el exterior superiores a US$ 1 millón.
Por el lado de la oferta, el Ministerio de Economía bajó las retenciones 3 puntos (de 33% a 30%) para la soja y a 27% para el aceite de soja para conseguir que el campo liquide sus agro dólares, algo improbable dada la gran brecha cambiaria y las expectativas de devaluación.
Reservas del BCRA en caída
Todas estas medidas demuestran la gran escasez de dólares que está sufriendo el BCRA. Aunque las reservas brutas no cayeron tanto desde el comienzo de la gestión del presidente Alberto Fernández, si cambió fuertemente su composición. En diciembre las reservas totales del BCRA eran de US$ 44.700 millones, mientras que a fines de septiembre eran de US$ 41 mil millones. Sin embargo, el dato mas importante son las reservas netas, es decir los dólares disponibles que tiene la autoridad monetaria para intervenir en el mercado cambiario.
Las reservas brutas del BCRA están compuestas principalmente por los encajes (un porcentaje de los depósitos en dólares que hay en los bancos), el swap con China (el BCRA tiene yuanes en su poder mientras que el banco central chino tiene pesos), prestamos de organismos internacionales (BID, FMI, entre otros), oro y dólares en efectivo.
Según estimaciones privadas, las reservas netas (oro y efectivo) en diciembre habrían sido entre US$ 10.000 y US$ 13.000 millones, mientras que actualmente rondarían los US$ 7.000 millones. Si se excluyera el oro del cálculo, las reservas en efectivo caerían desde los US$ 8.000 millones a entre US$ 2.000 M y US$ 3.000 M.
Preocupaciones: Números del BCRA en rojo
Estos números son sumamente preocupantes. Por ejemplo, en agosto se importó por US$ 3.500 millones, mientras que las exportaciones fueron por US$ 4.900 millones. El problema es que respecto al mes anterior las importaciones aumentaron un 7% y las exportaciones un 5%. También es importante analizar que, por expectativas devaluatorias, los exportadores están limitando lo mas posible las exportaciones mientras que los importadores están adelantando sus compras. En otras palabras, la demanda de dólares crece más que la oferta.
Ante este escenario tan complicado, el Gobierno anunció un paquete de medidas para intentar controlar la situación. Las consecuencias de quedarse sin reservas podrían ser muy negativas, y van desde tener una devaluación muy fuerte hasta un aumento descontrolado de la inflación.
Si las medidas adoptadas no funcionan, el Gobierno podría elegir entre una devaluación controlada (como hizo en enero de 2014), implementar aún más las restricciones al acceso de dólares (cancelación del dólar ahorro, restringir importaciones y negar acceso a dólares a empresas), o hacer una reforma monetaria muy profunda que devuelva la confianza en el país.
La desconfianza es un punto clave en todo esto. La brecha entre el dólar oficial y los alternativos (MEP, CCL y blue) ronda el 100%. Lo más llamativo, es que el dólar oficial no muestra un atraso cuando se lo evalúa en el índice de tipo de cambio real multilateral, ya que está en 118 puntos (en diciembre del 2001 era de 69 puntos y en diciembre de 2015 de 75).
Por su parte, los dólares alternativos están en niveles superiores incluso a los de la salida de la Convertibilidad, un tipo de cambio altísimo. Si el Gobierno reestableciera la confianza haciendo las reformas necesarias, la devaluación no debería ser muy alta, y un tipo de cambio de alrededor de $ 100 o $ 110 sería más que suficiente. De lo contrario, si ocurre una devaluación brusca, el dólar oficial podría escalar hasta niveles del blue o el contado con liqui, que superan los $ 150.