"Pastores de Fátima": iluminando las profecías de la Virgen María.
En la localidad portuguesa de Fátima, en 1917, tres niños, Jacinta, Francisco y Lucía, experimentaron una serie de apariciones de la Virgen María. La Virgen les encomendó un mensaje de paz y oración, y les reveló tres secretos sobre el destino del mundo. Millones de personas asociaron su historia con la esperanza y Fátima se convirtió en un lugar de peregrinación.
Un encuentro y una petición urgente.
En un campo cerca de la Cova da Iría, ciudad de Fátima, los tres niños estaban pastoreando a sus ovejas al mediodía del 13 de mayo de 1917. De repente, el cielo fue iluminado por un rayo y vieron descender una nube blanca de la que emergió una mujer vestida de blanco y con una corona de luz en su cabeza. La mujer, quien se identificó como la Virgen María, les llevó un mensaje de paz y les pidió que rezaran el Rosario todos los días para reparar los pecados y poner fin a la Primera Guerra Mundial, que en ese momento asolaba Europa.
A pesar de su temor inicial, los niños se calmaron rápidamente al escuchar la voz materna de la Virgen, quien les pidió que regresaran a ese lugar el día siguiente y que guardaran el secreto de lo que habían presenciado. Dios había elegido a los niños para llevar el mensaje de paz al mundo, pero al precio de soportar las dificultades de las que Él los protegería.
Tres misterios rodean al porvenir de Europa.
Durante los siguientes meses, la Virgen María se apareció de nuevo con los niños en seis ocasiones diferentes, siempre el día 13 como les había dicho. Cada vez que aparecían, los pastorcitos eran acompañados por una multitud cada vez mayor que escuchaba su historia y se les ofrecían nuevas oraciones a cambio de tres secretos que contenían profecías sobre lo que sucedería en el mundo.
El 13 de junio, en su segunda aparición, la Virgen les informó a Francisco y Jacinta que pronto fallarían, mientras que a Lucía le informó que Jesús necesitaba que fuera su instrumento de ahora en más para continuar realizando sus acciones. Las palabras de María se cumplieron: Francisco y Jacinta murieron dos años después de la Peste Española, una epidemia que asesinó a alrededor de 50 millones de personas, mientras que Lucía se convirtió en monja y permaneció en la Orden de las Carmelitas Descalzas.
Lucía contó que en la tercera aparición de la Virgen les mostró el infierno, que se describió como "un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra (...) Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos ". y desconocidos, pero transparentes y negros".
También les reveló tres sucesos ocultos que pronto ocurrirían en su entorno: por un lado, el fin de la Gran Guerra, aunque la imagen sagrada advirtió que, si se continuaba ofendiendo a Dios, se desataría una guerra peor. Sin embargo, si Rusia no se convierte, promoverá guerras y persecuciones en todo el mundo, ya que la revolución rusa liderada por Vladimir Lenin ya había comenzado.
Finalmente, les presentaron una visión que fue interpretada como una predicción del ataque terrorista contra el Papa Juan Pablo II, que tuvo lugar en 1981 en la Plaza de San Pedro del Vaticano, de manera inesperada el día 13. La Virgen representaba a un obispo vestido de blanco, quien Lucía suponía que era el Papa, junto a otros religiosos que ascendían a una montaña con una gran cruz en la cima, y al final todos fallecían.
Las apariciones más recientes de la Virgen de Fátima durante la construcción del santuario.
Al momento de la cuarta aparición, el 13 de agosto, los niños habían sido detenidos por orden del alcalde de Vila Nova de Ourém, bajo la amenaza de freírlos en aceite si admitían que su relato era falso. Los tres pastorcitos no se rindieron y solicitaron a la Virgen la curación de los enfermos de la pandemia.
En la quinta aparición de septiembre, María les pidió que continuaran rezando para que la guerra terminara en noviembre de 1918. Al mes siguiente, los pastorcitos, acompañados por alrededor de 70 mil personas, presenciaron cómo el sol giraba en el cielo y construyeron una capilla en Cova de Iría, donde ocurrieron las apariciones, por pedido de María. Esta capilla se encuentra actualmente en el Santuario Nuestra Señora del Rosario de Fátima.
Los pastorcitos de Fátima enfrentaron dificultades y el escepticismo de muchos a lo largo de esos seis meses, pero cumplieron fielmente la misión que la Virgen les había encomendado. Lucía, quien relató la historia de estos encuentros, vivió hasta 2005, dedicando su vida a la oración mientras su historia se difundía por todo el mundo y Fátima se convirtió en un lugar de peregrinación para millones de fieles católicos.
Con el paso del tiempo, la Iglesia Católica honró a los niños que están enterrados en el santuario que ellos mismos construyeron como forma de gratitud por su trabajo en el nombre de Dios. Jacinta y Francisco fueron elevados a los altares por el Papa Juan Pablo II en 2000 y Lucía por el Papa Francisco en 2017, convirtiéndose en los primeros niños no mártires en hacerlo.
Santuario.
El Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, también conocido como Santuario de Fátima, se encuentra en la Cova da Iria, la ciudad de Fátima, Portugal. Es uno de los santuarios marianos más importantes del mundo. Situado a 11 kilómetros de Ourém, a 25 kilómetros de Leiría, 120 kilómetros de Lisboa y 180 kilómetros de Oporto, se encuentra a aproximadamente 300 metros sobre el nivel del mar, en un terreno calcáreo de Estremadura. Según estimaciones oficiales, entre 6 y 9 millones de peregrinos visitan el santuario cada año.
El Santuario de Fátima se compone principalmente de la Capilla de las Apariciones, el Recinto de Oración, la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, la Casa de Retiros de Nuestra Señora del Carmen y la Rectoría, la Casa de Retiros de Nuestra Señora de los Dolores y el Albergue del Peregrino, la Plaza Pío XII, el Centro Pastoral Pablo VI y la nueva Iglesia/Basílica de la Santísima Trinidad.
En 1917, la Azinheira Grande era la encina más grande de la Cova da Iria, por lo que también se incluye en la historia de las apariciones. Los pastorcitos esperaban junto a ella la aparición de la Virgen María.
La altura de la Cruz Alta es de 27 metros.
El muro de Berlín tiene un módulo de hormigón que nos recuerda la intervención de Dios, prometida en Fátima, en la caída del Comunismo.
Junto al Rectorado se encuentra el Presépio, una representación del nacimiento de Jesús creada por el escultor José Aurélio.
Fuentes:
NoticiasNet, Crónica, aciprensa, History Channel, Historia Incomprendida.