Níquel, el quinto elemento más abundante en el planeta.
Luego de la invasión rusa, su valor ascendió a u$s 100.000 la tonelada.
Se encuentra en las monedas, en él acero inoxidable, en la electrónica, en las baterías de los autos eléctricos, el níquel, el quinto elemento más abundante en la tierra y ahora protagonista de una crisis inflacionaria insólita disparada por la invasión rusa Ucrania.
En 2021, Rusia fue el mayor exportador mundial de níquel refinado y aunque no ha sufrido sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos, los compradores globales buscan otros proveedores, lo que ha llevado los precios a las nubes.
El 24 de febrero, día de la invasión, el níquel alcanzó un precio ya elevado de u$s 26.000 por tonelada, a principios de marzo, el precio escaló vertiginosamente hasta alcanzar los u$s 100.000 el 8 de marzo, para estabilizarse luego en u$s 80.000 por tonelada.
En la bolsa de metales de Londres que establece los precios mundiales del níquel industrial, hubo transacciones toda la semana. Además, tomó una decisión sin precedentes, cancelar todos los movimientos del 8 de marzo, limitando el precio u$s 48.000 la tonelada.
La crisis del níquel ha eliminado toda la industria, el magnate chino “Xian Guangda”, que apostó a la bajada de precios, ahora debe buscar la forma de rescatar su compañía. La presión sobre el mercado del metal obligó al presidente de la poderosa minera rusa “Norníckel” a posicionarse sobre las sanciones en una entrevista en la televisión estatal rusa.
“La recuperación de la economía rusa llegó a la profundidad de la crisis en la que nos hundimos, cuanto más rápido se resuelva esta situación y se retome el diálogo normal con las otras partes, menores serán las consecuencias para nuestro país”, expresó Vladimir Potanin , presidente de la compañía minera.
“Norníckel” es otro ejemplo de cómo la invasión rusa juega en contra de los intereses económicos del país, pero eso no asegura que la creciente preocupación de los magnates vaya a ejercer presión sobre Putin para que ponga fin a la guerra.
Fuente: Andrea Nepori