Macri pidió visitantes para la final de la Libertadores
El presidente de la Argentina, Mauricio Macri, confirmó que habrá hinchas visitantes en las finales de la Copa Libertadores de América.
Boca y River son los protagonistas de esta final inédita. Inédita porque es la primera vez que un superclásico llega a la final de esta competición, y será la última vez que haya ida y vuelta. A partir del año que viene habrá final única en cancha neutral, como sucede en la Champions League.
En este contexto, el presidente nacional y ex presidente de Boca, decidió dar un paso adelante para la inclusión del público visitante en el fútbol argentino. Porque, más allá de ser una final internacional, corresponde exclusivamente al ámbito doméstico.
Con el antecedente de los Juegos Olímpicos de la Juventud, el mandamás argentino habló con la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para que diera la seguridad necesaria. La ministra dio garantías pero al que no le gustó la idea fue al Ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, quien dijo que las condiciones no estaban dadas. Pero luego debió dar marcha atrás y confirmar que habrá 4 mil visitantes.
De esta manera, el presidente elaboró un discurso en el que habla de que argentina está cambiando y que parte del cambio que proponen desde su gestión es reestablecer la normalidad en los distintos ámbitos, como en este caso el deportivo.
4 mil hinchas de River tendrán lugar en la Bombonera el día sábado 10 de noviembre, mientras que 4 mil simpatizantes Xeneixes podrán asistir al Monumental el día de la consagración de un nuevo campeón de América.
Los partidos, que se disputarán por la tarde y no por la noche como venía sucediendo, ya tienen condimento en la previa. Vuelven los visitantes a la Argentina, única final en la historia de la Copa entre los dos más grandes del país, pero todavía falta esperar a la Conmebol.
Mañana sábado deberán decidir qué caso validez le dan al reclamo de Gremio de Porto Alegre por los partidos de la semifinal de vuelta que disputaron ante River, donde el entrenador Marcelo Gallardo violó la sansión que no le permitía ingresar al vestuario.