Los perros de Chernobyl
Estudio genético comprueba el cambio en los genes de los caninos que viven en la zona.
Un estudio genérico realizado en la Zona de Exclusión ha identificado genéticamente poblaciones caninas distintas entre sí y de perros de otros lugares del mundo.
Con 302 perros salvajes de la Zona, se ha realizado un estudio minucioso en cuanto a la genética de estos animales, determinando e identificando poblaciones caninas genéticamente distintas entre sí y de perros de otros lugares del mundo.
“La singular diversidad genética de estos perros, los convierte en candidatos ideales para futuros estudios destinados a comprender los efectos genéticos a largo plazo de los entornos altamente radiactivos sobre la salud de las poblaciones de grandes mamíferos”, sostiene el estudio.
Este viernes, los detalles fueron publicados en Science Advances y ha sido dirigido por Gabriella Spatola del National Human Genome Research Institute de la Universidad de Carolina del Sur y por Elaine del National Human Genome Research Institute.
Luego de que en abril del año 1986 sucediera en Chernobyl la mayor catástrofe nuclear de la historia, el Gobierno soviético ordenó evacuar la zona que rodeaba la central nuclear y sacrificar a los animales domésticos.
Tras años de ausencia de los humanos, esto facilitó el retorno de la vida silvestre y la presencia de animales salvajes, como los perros, descendientes directos de los animales domésticos que quedaron allí.
Algunos estudios se han realizado a través del tiempo, con el propósito de analizar los efectos genéticos de la exposición a la radiación ionizante (eleva el porcentaje de mutación), pero todavía sigue sin estar confirmado como afecta a las poblaciones de animales grandes como los perros.
En búsqueda de respuestas, Spatola y su equipo usaron muestras de sangre de 302 perros salvajes de la zona, recogidas entre 2017 y 2019 por la Chernobyl Dog Research Initiative, que desde hace 5 años brinda atención veterinaria a estos perros y recoge constantemente muestras para realizar análisis genéticos. Las muestras fueron tomadas en perros que vivían en la ciudad de Chernobyl (a 15 km) y en Slavutych (a 45 km).
El equipo identificó 15 estructuras familiares complejas exclusivas de la población de Chernobyl en comparación con otros canes del mundo, y con amplias y diversas variaciones genómicas dentro y entre ubicaciones geográficas de la ZEC (Zona de Exclusión Chernobyl), lo que significa que estos perros se desplazan entre emplazamientos, viven cerca unos de otros y se reproducen libremente.
Tomando estos datos como base, el estudio concluye que: “la población canina de Chernobyl tiene un gran potencial para fundamentar estudios de gestión de recursos medioambientales en una población resurgente”.
A raíz del estudio publicado, varios científicos han opinado al respecto, como James Smith de la Universidad de Portsmouth de Reino Unido, cree que el estudio: “solo muestra que hay una mezcla diferente de razas y familias en Chernobyl en comparación con otros lugares, lo cual no es un hallazgo sorprendente, dado que la población actual depende de la mezcla particular de razas que sobrevivieron al sacrificio de animales domésticos en 1986.
Me sorprende que los autores no indiquen claramente en el artículo que sus resultados no demuestran que la radiación esté causalmente relacionada con las diferencias en la estructura de la población de perros de Chernobyl y que afirmen que estos perros pueden ser genéticamente distintos debido a la radiación cuando el artículo no presenta pruebas que apoyen una relación causal entre la estructura de la población y la dosis de radiación”.
“El estudio solo describe cómo es la estructura de la población silvestre de perros de Chernobyl, pero al no incluir datos sobre la exposición a radiación, no sirve para estudiar los efectos de la radiación en estos animales. Además, el trabajo se hizo entre 2017 y 2019, cuando los niveles de radiación en la zona se han reducido más de un 90% desde el accidente, y los isótopos más dañinos para los organismos vivos, como el I-131 hace décadas que han desaparecido””, expresa Germán Orizaola de la Universidad española de Oviedo.
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Fuente: Help Save Chernobyl´s Dogs, The Dodo, EL TIEMPO, Infobae, BreakingOne, Prensa Libre.