Latinoamérica 2021: cambio climático.
Causas y consecuencias, Impacto extremo.
Inundaciones, sequías, huracanes más intensos, retroceso de los glaciares. Estos son sólo algunos de los efectos del cambio climático que ya se sienten en América Latina y el Caribe. Otros, como el aumento del nivel del mar y la acidificación de los océanos, serán incluso irreversibles durante miles de años. ¿Entonces, llegaremos a tiempo para minimizar su impacto?
Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el IPCC, América Latina y el Caribe será una de las regiones más afectadas por el calentamiento global. Allí la temperatura aumenta a un ritmo superior a la media del planeta. Un dato que volvió a confirmar la Organización Meteorológica Mundial.
América Central y el Caribe vivieron en 2020 uno de los 3 años más calurosos desde que existe registro, pero ese no fue el único récord, la temperatura oceánica experimentó cambios nunca vistos, como el enfriamiento de la superficie del mar. El fenómeno natural. La niña ha impulsado la temporada de huracanes más activa de la historia en la Cuenca del Atlántico, entre ellos los devastadores IOTA y ETA, eventos extremos que agravaron la crisis alimentaria que sufren unos 8 millones de personas en el llamado corredor Seco Centroamericano, el centro y sur de Brasil. Acumularon también un triste récord, en este caso ligado a la escasez de lluvias.
Las sequías en la región del pantanal, Compartida con Bolivia y Paraguay, fueron las peores en 50 años, una situación que se convirtió en el humedal más grande del mundo en un infierno en llamas. Lo mismo ocurrió en el sur de la Amazonia, la mayor selva tropical del Amazonas estuvo a punto de pasar de sumidero a emisor de carbono. Pero el informe de la Organización Meteorológica Mundial se refiere a 2020, ¿un año que todos queremos olvidar, que ocurre en 2021?
Se lo preguntamos a José Antonio Marengo, autor principal del informe, colaborador del IPCC y director del Centro Nacional de monitoreo de desastres naturales en Sao Paulo . “Actualmente, en este momento tenemos regiones que están sufriendo de graves sequías, lo que toda la Cuenca del Paraná plata, o sea parte de Argentina y Uruguay. También la sequía que está pasando en toda la costa central de Chile, que ya tiene más o menos unos 15 años, y en otras áreas del nordeste de Brasil, también y en América Central, que es tal vez una de las regiones más vulnerables del mundo ”.
Las sequías actuales, son uno de los problemas a los que se enfrenta América Latina y el Caribe, una región altamente dependiente de sus recursos hídricos, varias de las represas a lo largo del río Paraná están operando al 50% de su capacidad, esto obliga a recurrir a centrales térmicas que emiten dióxido de carbono a la atmósfera y el descenso del caudal del río Paraguay dificulta la navegación, lo que genera pérdidas millonarias para transportadores como importadores.
Algunas zonas, en cambio, podrían verse afectadas por inesperadas lluvias en un futuro cercano, este es el caso de la costa norte de Perú. “Se presentaría una situación similar al niño, o sea, mucha lluvia en una región que hoy es árida y como aumento de las temperaturas. La combinación, mucha lluvia, aumento de temperatura, puede favorecer por ejemplo la propagación de enfermedades como dengue, malaria, hantavirus, escasez de agua, pérdida de cosechas o incluso el aumento del nivel del mar son otras de las consecuencias ya visibles en muchos de los países de la región, y con ello, las migraciones forzosas son cada vez más frecuentes en el peor escenario posible, el Banco Mundial prevé que hasta 17 millones de personas se verán obligadas a desplazarse hacia 2050 y eso sólo dentro de sus propios países.
¿Pero, qué debemos hacer para evitar los peores efectos del cambio climático? Según el Acuerdo de París, habría que limitar el calentamiento global muy por debajo de 2° Celsius con respecto a los niveles preindustriales, para ello, las emisiones mundiales de CO2 deben disminuir en un 45% hasta 2030 y Reducirse a cero en torno a 2050, sin embargo, estamos yendo en la dirección opuesta, el último informe del IPCC alta de que se acerque al ritmo actual alcanzaremos los 2,7° Celsius a finales de siglo.
¿Qué países de América Latina están involucrados más en el Acuerdo de París? En declaraciones, Tania Guillén, investigadora del centro de servicios climáticos de Alemania dijo: “Creo que todos los países de la región tienen mucho todavía por hacer, pero al menos los que están planteando los planes más ambiciosos es, por ejemplo, el caso de Costa Rica, si es el que al menos es compatible con el objetivo de los 2°. Estos son el análisis hecho en los planes climáticos, ahí estamos hablando de planes que ciertamente pueden ser unos más robustos que otros, pero que todavía necesitan implementarse”.
Países como Chile y Uruguay están apostando decididamente por las energías renovables, otros, como México, parecen en cambio privilegiar las energías fósiles y en Brasil, el Gobierno de Jair Bolsonaro ha permitido la tala de vastas áreas de selva amazónica. ¿Y qué están haciendo los países más industrializados para ayudar a la región?
Para adaptación, que es el financiamiento que se supone aporta para que los países les hagan frente a los cambios que ya están enfrentando, lo que está pasando es que gran parte del financiamiento va en carácter de crédito, es decir, nuestros países se están endeudando. Para resolver la crisis que otros están generando.
Cada vez más movimientos sociales exigen poner sobre la mesa el concepto de Justicia climática. ¿Acaso no debería ser los países más contaminantes y la industria de los combustibles fósiles quienes compensen por los daños causados?
“Deberían compensar, sí, pero hay formas de compensación, porque la realidad de Latinoamérica y muchos países, como usted sabe, es de corrupción, entonces, por ejemplo, si un país recibe 100 millones de dólares por año, ¿cómo van a gastar ese dinero? Quién garantiza que ese dinero va a ser usado en acciones de reforestación, de protección de adaptación de construcciones de cisternas, por ejemplo, para almacenar agua”, dijo José Antonio Marengo.
Corrupción, hambre, desastres naturales, pérdida de la biodiversidad, ¿Es realmente el mundo que queremos?