La sorprendente historia del policía que fue secuestrado por un OVNI.

El misterioso caso ocurrió en La Pampa en el año 2006, General Pico quedó consternado por lo sucedido con Sergio Puchetta, poco antes de las 22.00 horas se encontraba de patrulla como cabo de la policía provincial en una zona rural, intentó acercarse al resplandor rojo de la montaña, pero tuvo una experiencia espeluznante que cambiaría el resto de su vida para siempre.

Durante 18 horas, Puchetta no apareció por ningún lado. Lo encontraron en posición fetal, con la cabeza cubierta por los brazos y todavía vestía su uniforme de policía impecablemente limpio, a pesar de que había estado lloviendo intensamente durante un par de meses.

Fue descubierto a 28 kilómetros del lugar donde se constató su ubicación final, la experiencia del policía durante su desaparición, de la que sólo pudo comenzar a dar testimonio 15 años después, fue el elemento más sorprendente de lo ocurrido.

Aunque ya estaba a salvo y con las personas que conocía, le tomó un tiempo recuperarse del shock que la experiencia le había causado, la pregunta correcta no era dónde se detuvo, sino cuándo lo hizo.

Las pistas de la abudcción de Puchetta

El teléfono celular de Puchetta, que había sido abandonado y desactivado en el lugar donde su dueño "desapareció", proporcionó la respuesta, o al menos una parte de ella. Uno de los detalles más preocupantes del caso lo destacó el policía, hoy retirado del cuerpo: "Cuando le volvieron a poner la batería al teléfono, no se registraron llamadas ni mensajes, cuando lo encendieron, era el año 2028", era lo único que se veía.

Transcurría el jueves 2 de marzo del 2006, Como de costumbre, Puchetta llegó al trabajo, tomó su motocicleta y salió a cumplir con su rutina diaria de patrullaje, lo especial de ese día fue que tenía planeado cubrir a un colega, quien tenía un compromiso personal por la noche, haciendo un recorrido por el barrio cercano.

Cuando llegó a "El cruce de las Cañas", después de recorrer unos 80 kilómetros, notó un extraño resplandor rojo en la montaña, el cabo decidió acercarse a la zona para poder ver mejor porque sospechaba que podrían tratarse de cazadores furtivos, para encontrar el origen del resplandor, Puchetta estacionó la motocicleta, dejó el casco colgado del espejo y comenzó a caminar en esa dirección.

Sin embargo, no vio nada, luego, como eran poco antes de las 22:00 horas, se dio la vuelta para irse, pero como necesitaba regresar a la sede del Comando Radioeléctrico en ese momento, nunca volvió a subir al auto.

Según Puchetta, "vi dos pequeñas luces que se pararon frente a mi cara y me paralizaron". Continuó: "No podía mover un músculo; todo lo que sentí fue un cosquilleo que comenzó en mis ojos y se extendió por todo mi cuerpo".

Estuvo inmóvil por un tiempo indefinido, experimentó el fuerte y doloroso cosquilleo que sentía como si las hormigas lo estuvieran mordiendo, Puchetta sintió como si lo estuvieran "soltando" en ese momento y en contra de su voluntad, comenzó a caminar primero para posteriormente correr. Esto sucedió tan repentinamente mientras las luces lo deslumbraban.

Testimonio de la abducción

Cuando llegó a un lugar específico, dejó de pisar el suelo. "Algo me levanta y me suelta, me levanta y me suelta los hombros", dijo. Puchetta desapareció en ese preciso momento.

El colega que en ese momento le había pedido al cabo que patrullara su territorio, Marcelo Villegas, recibió en ese momento una llamada del número telefónico de Puchetta, sin poder reconocer la voz de su compañero.

Puchetta supuestamente le dijo al otro policía: "Vení a Las Cañas, ya sabes lo que está pasando". El otro policía entonces marcó el número de emergencia 101 y diez minutos después, el jefe del Comando Radioeléctrico llegó al lugar donde su subordinado había desaparecido.

Había entrado en un estado similar al trance cuando la búsqueda de Puchetta apenas comenzaba. Explicó a este medio: "Me sentí como si estuviera dentro del vientre de mi madre y comencé a recordar cosas de mi infancia. Y agregó: "Como si mi vida fuera en cámara lenta, no sé por cuánto tiempo".

Sintió como si acabara de despertar y en ese momento vio "un gran bulto negro, que fácilmente habría tenido 3 metros por 3 metros de alto". Recordó que "la figura levitó" y que desapareció cuando intentó acercarse a ella. "Estaba muy asustado", dijo.

Las plantas de mis pies comenzaron a dolerme, dijo Puchetta, y "se encendieron algunas luces encima de mí y empiezo a sentir como si estuviera tomando algo caliente". Y continuó: "Una voz me dijo que me calmara, que iba a encontrarme con mi hija. Me mostraron a mi hija por nacer, que también estaba con ellos".

Puchetta era buscado por aviones, helicópteros, bomberos, policías y personal de defensa civil mientras él "miraba hacia su futuro", pero él no era consciente de ello. El área donde había sido abandonada la motocicleta del cabo, junto con "el celular (un Nokia 1100) totalmente desarmado, el arma desarmada y los cartuchos de punta, fue preservada por un cerco perimetral".

Sólo notaron mis huellas, continuó, y empezaron a seguirlas, al principio, no había huellas anormales, pero con el tiempo, comenzaron a separarse más, hasta llegar a los siete metros, pasar de un metro a dos metros y así sucesivamente. Antes de su desaparición, fueron seguidos durante unos 2 kilómetros 800 afirmó.

El teléfono Nokia 1100 que Puchetta había dejado tirado fue llevado por los investigadores para su evaluación, y los hallazgos contribuyeron de manera especial al caso. Si bien el policía Marcelo Villegas afirmó haber hablado con él y esa conversación, que según el informe no ocurrió, fue la que llevó a todos al lugar exacto donde había desaparecido el cabo, no hubo registros de llamadas o mensajes cuando la pantalla se encendió por primera vez en el lejano año 2028 en ese momento.

Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, Puchetta se presentó en El Triángulo, lugar a 28 kilómetros de donde habían dejado todas sus pertenencias. Fue descubierto por el propietario del campo, Luis Alberto Barbero, quien afirmó haber visto "a una persona en posición fetal, cubriéndose la cabeza y vestida de policía" cuando regresaba a su casa".

Al poco tiempo, Puchetta fue rodeado por coches de policía, una ambulancia, medios de comunicación e incluso un ufólogo. "El hombre dice que estaba hablando conmigo y yo no respondí", incluso ahora, todavía no tiene explicación para la existencia de este último, un especialista en el estudio de objetos voladores no identificados.

Dos cosas llamaron la atención de quienes llegaron al lugar de su descubrimiento a primera vista, Puchetta recordó ahora, basándose en los testimonios, que "no había huellas a mi alrededor, como si me hubieran depositado allí". Otra curiosidad fue que el uniforme de Puchetta estaba seco e impecable cuando lo descubrieron, a pesar de que una fuerte tormenta azotaba la zona desde toda la mañana.

Incluso después de tantos años, Puchetta todavía puede recordar claramente la voz que escuchó en su cabeza en ese preciso momento: "Si te quedas aquí, volveremos a buscarte". Puchetta todavía no podía hablar en ese momento. El cabo finalmente se levantó, abrazó al comisario Roberto Ayala y se puso a llorar.

Sergio Puchetta nunca salió de La Pampa, pero no empezó a hablar de su experiencia del 2006 hasta hace unos años. Para quienes, como él, vivieron "encuentros extraordinarios", el estigma y la vergüenza parecen ser un denominador común, pero en su caso, hay pruebas que respaldan su relato. En el primer número de la revista ufológica francesa, fue mencionado.

A pesar de tener algunos menores, nunca tuvo "otra experiencia similar" fuera de la fuerza. "Siempre tendré miedo", admitió. Al respecto, señaló que se esfuerza por mantener una ocupación constante en algún pasatiempo o actividad: "Para no recordar tengo que mantener la mente distraída".

Fuentes:

Vm granmisterio, TN.

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