José Hernández padre del Martín Fierro.
Fue periodista, político y escritor, se lo recuerda como el maestro de la literatura gauchesca.
Quizás el origen del extraordinario Marín Fierro, el gaucho que narraba en verso su vida de desventuras e injusticias, sufría de un delicado problema de salud que lo obligó a irse al campo para tratar el asma que padecía.
Una infancia marcada.
Desde su nacimiento el 10 de noviembre de 1834 en la finca de la familia Pueyrredón en el partido de San Martín, José Hernández tuvo problemas de salud.
El padre de Rafael era de ascendencia federal, mientras que la madre de Isabel Pueyrredón era de ascendencia unitaria. Decidieron separarse de Rosas y se trasladaron al sur de la provincia de Buenos Aires, dejando a José al cuidado de sus tíos Victoria, conocida como "Mamá Totó", y Mariano Pueyrredón.
En 1840, el matrimonio optó por mudarse a Montevideo debido a la amenaza de la actividad de La Mazorca. José quedó bajo la protección de su abuelo paterno.
Se inscribió en el Liceo Argentino de Pedro Sánchez, sin embargo, a la edad de nueve años, su madre falleció y se le diagnosticó asma. Se mudó una finca que su padre regentaba en Camarones y Laguna de los Padres. En ese lugar, el joven se convirtió en un gaucho, disfrutaba conviviendo con ellos, aprendió a domar y hasta luchó en los malones contra los indios pampas. Había colaborado con su padre, quien falleció al ser alcanzado por un rayo. Rafael era el hermano menor de José y durante toda su vida estuvieron juntos.
Nacimiento del gaucho.
Ese niño delicado se convertiría en un hombre robusto, con un vientre abultado, capaz de improvisar versos mientras tocaba la guitarra, y que encontró su inspiración en el campo.
Después de que su tío muriera en la batalla de Caseros, se unió a las milicias del Estado de Buenos Aires.
Bajo la dirección de Pedro Rosas y Belgrano, quien es el hijo del inventor de la Bandera, luchó contra la insurrección liderada por el coronel Hilario Lagos. El 22 de enero del año siguiente, escapó a caballo de San Gregorio y, como teniente, participó en la victoria en la batalla de El Tala en noviembre de 1854.
En 1858 abandonó el servicio militar y en Entre Ríos, a través de sus escritos periodísticos, cuestionó la política centralista de Buenos Aires. Después de enfrentarse a Cepeda y Pavón, decidió separarse de Justo José de Urquiza debido a discrepancias.
De gaucho a masón.
Conoció a Carolina González del Solar en Paraná en marzo de 1857. Se casaron en 1863 y tuvieron ocho hijos. Mientras trabajaba en el almacén de ramos generales de Ramón Puig, se formó como procurador.
Durante esa época, se unió a la masonería, concretamente a la logia Asilo del Litoral.
"Alma inspirada solo en el bien de los demás".
Autodidacta durante toda su vida, el hecho de haber aprendido solo taquigrafía en siete meses le valió el empleo de taquígrafo en el Senado de la Confederación.
“Debo mis estudios constitucionales a mi lápiz de taquígrafo”, expresaba Hernández.
Fue en el centro más reciente de oposición federal al gobierno central liderado por el presidente Domingo F. Sarmiento. De esta manera, luchó junto a Ricardo López Jordán y después del homicidio de Urquiza, el movimiento fue detenido. Se retiró a Brasil, donde permaneció hasta 1872, antes de trasladarse a Uruguay.
Dos años más tarde, regresó y mantuvo su postura como periodista. Fue el creador de la "Revista del Río de la Plata" y colaboró en los periódicos "El Argentino" y "El Eco" de Corrientes.
En 1871, regresó a Buenos Aires para brindar ayuda cuando la ciudad estaba devastada por la epidemia de fiebre amarilla.
En 1872, el periódico "La República" presentó "El gaucho Martín Fierro", una publicación de 80 páginas que sería distribuida en entregas. Se dice que Hernández le llamó Martín en honor a Güemes, el líder de Salta, aunque también se afirma que era el nombre de alguien que había conocido en su exilio.
Martín Fierro.
La primera edición se imprimió en un pequeño número de copias y se decidió venderla a un precio muy bajo para que los agricultores más pobres la pudieran comprar.
En una habitación del primer piso del Gran Hotel Argentino, ubicada en la calle 25 de Mayo y Rivadavia, escribió la primera parte.
En diciembre de 1872, escribió: "Mi pobre Martín Fierro me ha ayudado algunos momentos a alejar el fastidio de la vida del hotel, salga a conocer el mundo, y allá va acogido al amparo de su nombre".
En las pulperías se vendía como pan caliente y se reunían en fogones donde uno leía y los que no tenían la suerte de ir a la escuela escuchaban los sufrimientos de ese gaucho, en el que se veían reflejados.
En 1879 obtuvo el cargo de diputado y en 1881 se convirtió en senador por la Provincia de Buenos Aires, siendo reelecto en 1885. Su entorno lo nombró "el Senador Martín Fierro".
Se sustentaba a través de la adquisición de tierras y los beneficios de la Librería del Plata, la cual había establecido en asociación con Rafael Casagemas y que finalmente adquirió por completo.
Participó en la creación de la localidad de Necochea y colaboró con Dardo Rocha en la idea de la ciudad de La Plata. Él propuso el nombre de la capital provincial para honrar al Virreinato del Río de la Plata. Hernández trabajó como asador el 19 de noviembre de 1882, en el día de la fundación.
Había respaldado a Julio A. Roca como candidato presidencial y abogaba por la federalización de la ciudad de Buenos Aires. En 1881, volvió a ser elegido senador provincial. En ese momento, Belgrano escribió: "La vuelta de Martín Fierro" en una quinta.
En 1881, se publicó la Instrucción del estanciero, que sigue siendo útil para el manejo de un campo.
Murió en su hogar en Belgrano, ubicado en Buenos Aires, el 21 de octubre de 1886.
Día de la Tradición.
El Día de la Tradición se celebra en la Argentina en conmemoración al nacimiento del escritor y periodista José Hernández, el 10 de noviembre de 1834, quien compuso El Gaucho Martín Fierro, obra lírica que ocupa la cumbre de la literatura gauchesca. La obra relata la experiencia del gaucho en los tiempos posindependentistas, cuando el país transitaba una etapa de organización política y económica que ponía a este actor social entre medio de la civilización absoluta y el campo abierto. Además, este poema gauchesco y narrativo refleja el estilo de vida que entonces tenía el gaucho, su lucha contra la autoridad, su contante tensión con el gobierno y los indios, sus costumbres, su lengua y los códigos de honor que promulgaban y mantenían en su espíritu rústico y, de alguna manera, anarquista.
La efeméride fue instituida en 1939 a través de la promulgación de la Ley Nº 4756. En 1975, el Congreso Nacional extendió a todo el territorio argentino la vigencia del 10 de noviembre como Día de la Tradición por medio de la Ley Nacional N° 21154.
La palabra tradición refiere a ‘donación’ o ‘legado’, y abarca el conjunto de costumbres que suelen transmitirse de generación en generación. La tradición de una nación suele incluir su cultura popular, el gran acervo de música, comidas, juegos, actividades y muchas otras costumbres de cada región del país. En nuestro caso, la Argentina contiene en sí un amplio abanico de costumbres relacionadas con la vida de campo: el mate, el asado, la música folclórica, la domesticación de caballos, la artesanía a base de plata y metales, el trabajo agrícola, la pintura costumbrista, etc., forman parte de lo que nos identifica como nación frente al resto del mundo.
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Fuente: El Cronista, Infobae, Canal Encuentro.