"Guerra en Ucrania": central de Zaporiyia bajo la mira.
Fuego, humo y edificios destruidos, una imagen que Odesa ha tenido que sufrir ya varias veces desde que empezó la guerra y que se vuelve a repetir, Rusia ha reaccionado rápido, a lo que este martes calificó de sabotaje en Crimea, apuntando directamente a las fuerzas ucranianas y ha tomado represalias e n forma de misiles de crucero sobre esta ciudad portuaria. El balance cuatro civiles heridos, aunque no sea interrumpido la salida de barcos con cereal desde el puerto, precisamente por ataques como este, Zelenski ha pedido a los ucranianos que viven en regiones ocupadas por Putin que se alejen de instalaciones militares y de depósitos de munición rusa, uno de esos lugares es Nikopol, a menos de 100 km de zapatilla y donde sus vecinos temen ataques aéreos y también la radiación que pueda llegar de la central nuclear.
Una central donde se preparan así para actuar ante un posible Chernobyl, con trajes, máscaras e incluso ensayando maniobras de rescate de víctimas, un escenario, el del accidente nuclear, que tampoco descarta el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg. Y por eso reclama al Organismo Internacional de la Energía Atómica que haga una inspección urgente en la planta, algo que, seguro, también hablarán este jueves Guterres, Erogan y Zelenski en su reunión y en la que esperan empezar a dibujar el final de esta larga guerra.
La otra guerra, Víctor y Natalia, dos invidentes, se enfrentan con la muerte cada vez que salen de casa desde hace 6 meses, comparten piso en Járkov, uno de los principales frentes de la guerra, viven en una ciudad sembrada de minas antipersonas, sólo voy a trabajar porque cualquier paso puede poner en peligro mi vida, dice Víctor, si para el resto de los ucranianos es difícil ver cómo sus barrios quedan reducidos a ruinas por los bombardeos, ellos solo pueden imaginárselo porque sus capacidades diferentes les impide comprobar las heridas que dejan las bombas, todo era caótico, no podíamos entender lo que pasaba, dice Natalia, éste albergue de la sociedad ucraniana de ciegos sirve como refugio para unas 60 personas que no tienen familiares que puedan atenderles.
El aislamiento al que les ha obligado la invasión rusa, sólo se alivia con la compañía de los vecinos que charlan esperando que algún día puedan cruzar el portal sin que suponga un riesgo para su vida.
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Fuente: TV Pública, Clarín, Noticias en la mira.