Fruta del dragón: beneficios de la pitaya.
Su procedencia deviene de un cactus que crece en zonas tropicales y no contiene grasa.
Contiene antioxidantes y fibra, además ayuda a reducir la glucemia.
El Alzheimer es un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Las patologías se desarrollan lentamente y empeoran con el transcurso del tiempo, hasta que se vuelven irreversibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que más de 55 millones de personas (8,1 de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia. Son 10,3 millones en la Región de las Américas.
Se calcula que esta cifra aumentará a 78 millones para 2030 y a 139 millones para 2050.
Pitaya o pitahaya.
Existen diferentes alimentos que pueden ayudar a reducir el riesgo de demencia.
Actualmente se ha destacado a la fruta del dragón, conocida como “pitaya” o como “pitahaya” por sus múltiples beneficios para la salud.
“Los factores que aumentan el riesgo de demencia son la baja educación de las personas durante su infancia, la pérdida auditiva, la hipertensión sin control, la obesidad durante la vida adulta, el consumo de tabaco, la depresión, ser una persona sedentaria, mantener poca actividad social con otras personas, y tener diabetes sin tratamiento”, explica el reporte de la Comisión de The Lancet.
El consumo de alimentos saludables como la fruta del dragón puede contribuir a controlar algunos de esos factores, como la obesidad y la diabetes.
“La pitaya tiene potencial para utilizarse en productos alimenticios y nutracéuticos como ingredientes funcionales, colorantes naturales, envases ecológicamente correctos y activos, films comestibles, preparación de productos fotoprotectores y aditivos”, explican los investigadores de la Escuela de Alimentación y Tecnología de Marilia (FATEC) de Brasil y Portugal en una revisión de estudios publicada recientemente.
Cómo es la pitaya?
Es una fruta que crece en un cactus trepador llamado Hylocereus, que se pueden hallar en zonas tropicales de todo el mundo. El nombre de la planta procede del griego “hyle”: leñoso, y del latín “cereus”: encerado.
En su lado externo, el fruto tiene aspecto de un bulbo color rosa o amarillo intenso con hojas verdes en forma de espiga que brotan como llamas a su alrededor.
En su interior, se puede observar una sustancia blanca y carnosa salpicada de semillas negras que se pueden comer.
La pitaya se presenta en variedades de piel roja y amarilla.
El cactus crecía originalmente en el sur de México y en América Central y del Sur. Los franceses lo introdujeron en el sudeste asiático a principios del siglo XIX.
La fruta del dragón es jugosa, con un sabor ligeramente dulce, parecido a un cruce entre un kiwi, una pera y una sandía; las semillas poseen un sabor a nuez.
Beneficios.
Es rica en antioxidantes como flavonoides, ácido fenólico y betacianina. Estas sustancias naturales protegen las células del daño causado por los radicales libres, que son moléculas que pueden provocar enfermedades como el cáncer y el envejecimiento prematuro.
No contiene grasa y es rica en fibra.
“La fruta del dragón debería ser incorporada a la alimentación de las personas”, explica la experta en nutrición Joyce Prescott de la Clínica Cleveland de EE.UU.
Es considerada una muy buena fuente de fibra, por lo que se recomienda consumirla todos los días, sobre todo los adultos.
“La fibra puede ser beneficiosa para la salud gastrointestinal y cardiovascular. Es saciante, lo que resulta útil si se intenta perder peso. Las personas que comen alimentos integrales ricos en fibra tienen más probabilidades de mantener un peso saludable”, agrega la experta.
“La fruta del dragón es un prebiótico que potencia el crecimiento de los probióticos lactobacilos y bifidobacterias. Los bifidobacterias son microorganismos que no pueden crecer en presencia de oxígeno”, asevera Prescott.
Consumo.
La fruta del dragón o pitaya puede consumirse durante el desayuno, como colación entre las comidas o como postre después del almuerzo o cena.
Es rica en antioxidantes, neutralizando los radicales libres; que son los encargados de dañar las células y causar inflamación, lo que puede provocar enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes e incluso el cáncer.
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Fuente: La Vanguardia, Infobae, Salud y Bienestar.