¿Es Ginóbili el mejor deportista argentino de la historia?
Nunca fue un jugador top 10 en puntos, ni ganó un MVP en la NBA. Pero el legado de Manu Ginóbili en el baloncesto lo convierte en una leyenda irrepetible
Si nos pusiéramos a debatir el título de la nota mirando sus estadísticas, es muy probable que la conclusión sea no. Nunca fue un jugador top 10 en puntos, rebotes o asistencias; tampoco ganó un MVP en la NBA, aunque hubiese sido justo que fuese premiado por su performance en las finales del 2005 frente a los Detroit Pistons. Durante sus 16 años en la liga estadounidense, jugadores de la talla de Kobe Bryant, Dirk Nowitzky o Lebron James dominaron el juego, las estadísticas y la atención de los medios mundiales.
Muchas veces sus fans teorizaban sobre qué hubiese sucedido si, en lugar de jugar junto a Duncan y Parker, dejaba a los Spurs para ser estrella en otra franquicia. ¿Habría sido posible ver a un Ginóbili campeón en la liga más importante del basketball?
La respuesta es sí. Lo que hizo Ginóbili junto a la Generación Dorada y en Europa son claros testimonios de una de sus principales cualidades: hacer lo que necesita el equipo para ganar. Sacar la cara y motivar a sus compañeros cuando se está en desventaja, sin “achicarse” ante un rival superior. No rendirse ni dar por perdida ninguna pelota, como en este ejemplo:
Por este motivo, no sorprende que la NBA haya despedido a Manu mencionándolo como el jugador más ganador en la historia: 72,10% de victorias. Más que Kobe, Jordan, o cualquier otra leyenda del basketball estadounidense. Junto a su ex compañero Tony Parker serán los únicos extranjeros en haber ganado 4 títulos.
En el deporte argentino, veremos en el futuro nuevos Maradona, Vilas, Aymar, y hasta es posible que seamos testigos de que alguien supere el legado de Fangio. Pero transformarse en leyenda en una liga donde estamos en gran desventaja en cuanto a lo físico y oportunidades, sólo puede ocurrir una vez en siglos.
Por eso, nunca veremos a otro compatriota ganando 4 anillos en la NBA y dejando un enorme impacto en el juego como lo hizo Emanuel David Ginóbili. No habrá otra medalla dorada como en Atenas 2004. Todo eso es suficiente para poner a Manu en lo más alto del deporte nacional.