En verdad, ¿Existen las casualidades?
Aunque nunca la hayamos experimentado por nosotros mismos o tal vez nos haya pasado desapercibida, la sincronicidad, es más habitual de lo que pudiera parecer si se analiza la historia, se verá fácilmente que está llena de estas casualidades significativas.
Hay tantas en ámbitos tan distintos y en épocas tan diferentes, que un simple listado de todas daría para llenar más de un libro, una de las que se suele repetir frecuentemente tiene a Anthony Hopkins como protagonista, antes de que comenzara el rodaje de "La mujer de Petrovka", el actor buscó por todas las librerías de Londres la novela de George Pfeiffer, en la que se basaba el guion, pero no logró comprarla, pues estaba agotada. Un día en la estación de metro de Leicester Square, encontró precisamente un ejemplar de ese libro en un asiento lleno de anotaciones, un par de años más tarde, durante el rodaje de la película, Hopkins reconoció el autor de la novela y le contó la anécdota, la sorpresa del escritor fue increíble, ya que él le había prestado a un amigo su ejemplar con anotaciones, pero que éste lo había perdido en el metro exactamente por las mismas fechas, cuando Hopkins se mostró el libro que se había encontrado, ambos quedaron muy sorprendidos, Hopkins no sólo había encontrado el libro que buscaba, sino que además se trataba del mismo ejemplar que había perdido Pfeiffer, así que debemos tener mucho cuidado con descartar inmediatamente las cosas como mera coincidencia.
Y también tiene importantes implicaciones para muchas de las cosas que experimentamos en nuestra vida cotidiana, cosas que podríamos estar tentados a tachar como una simple coincidencia. Asimismo, Gregg Levoy señala que cuando estás en el camino correcto, el universo te guiña y asiente de vez en cuando, para hacértelo saber y una vez que empiezas a notar estas pequeñas pistas cósmicas, una vez que entiendas que estás en el camino, empezarás a verlas en todas partes. Estas pistas son lo que el psicólogo suizo Carl Jung llamó como sincronicidad.
Jung , incluyó la sincronicidad de forma implícita en toda su investigación, aunque no fue hasta su obra de 1952, "Sincronicidad como principio de conexiones a causales", cuando ahondó en ella. En las sincronicidad se da una coincidencia entre una realidad interior subjetiva y una realidad externa objetiva, en la que los acontecimientos se vinculan a través del sentido que nosotros les damos, del mismo modo que podemos conectar eventos por causa y efecto, también podemos conectarlos por su significado, así que la sincronicidad se produce cuando hay una coincidencia significativa, sin embargo, el énfasis recae en la palabra significativo, pues ocurre cuando un evento percibido internamente, sueño, visión, premonición, pensamiento o estado de ánimo, se ve que tiene una correspondencia en la realidad externa y, por consiguiente, la imagen interna se ha hecho realidad.
El mundo interior y el mundo exterior coinciden dando sentido a tu vida, a menudo esto ocurre cuando estás pensando en algo y luego casi instantáneamente te das cuenta de que hay algo más que está conectado con lo que acabas de pensar o sentir. ¿Pero por qué ocurre esto?, Jung creía que la vida no es una serie de acontecimientos aleatorios, sino la expresión de un orden superior que llamaba "Unus Mundus", el término unos mundos proviene del filósofo griego Heráclito, para hacer referencia a este principio unificador que también se encuentra de alguna manera presente en su concepto de inconsciente colectivo, de hecho este concepto guarda una sorprendente similitud con la idea de Pitágoras de que todo en el universo está conectado por una estructura básica de números y, según Jung, todos estamos conectados dentro de una red que nos da una sensación de totalidad universal, y esta comprensión es más que un simple ejercicio intelectual como un despertar espiritual.
Se cree que la sincronicidad juega un papel similar al de los sueños, su propósito es cambiar nuestro pensamiento consciente para conectar con esta gran conciencia universal, sin embargo, no se niega a que las coincidencias puedan ocurrir, pero al mismo tiempo hay que admitir que hay algunas coincidencias que están conectadas de forma tan significativa, que sus posibilidades de ocurrir serían tan poco probables que son prácticamente imposibles de explicar, es por esta razón que no deberíamos ignorar la sincronicidad es cuando ocurren, en cambio debemos prestarles mucha atención.
El problema de la sincronicidad había desconcertado a Jung durante mucho tiempo, cuando investigaba los fenómenos del inconsciente colectivo, seguía encontrando coincidencias que estaban conectadas de manera tan significativa, que rompían todas las probabilidades estadísticas a la intuición de Jung de la que la vida de cada uno de nosotros está salpicada de acontecimientos que tienen una profunda conexión con nuestro inconsciente. Le siguió un episodio, "Ilumínate", un paciente le estaba contando un sueño en el que estaba presente un escarabajo dorado, justo durante la sesión, Jung oyó algo chocando contra el cristal de la ventana atrayendo su atención, qué sorpresa se llevó, cuando yendo a comprobarlo, vio que se trataba nada menos que de una cetonia, un insecto similar al escarabajo de un color verde dorado. Jung describe tres categorías de Sincronicidad, en la primera se presenta la coincidencia entre un contenido mental como un pensamiento, sentimiento o un sueño, y un acontecimiento externo, por ejemplo, recibir una llamada de alguien en la que estabas pensando, la segunda es la coincidencia entre una visión interna y un suceso que suceden lejos de ahí, como soñar con un accidente o acontecimiento que ocurre en la realidad, la tercera categoría consiste en tener una imagen de algo que posteriormente acontecerá en el futuro y resalta que las imágenes en las que se basa la sincronicidad, no necesariamente se presentan de manera literal, sino que pueden manifestarse de manera simbólica.
Estos fenómenos misteriosos nos han cautivado desde siempre, en la Grecia antigua, Pitágoras, hablaba de la armonía de todas las cosas, Heráclito, también creía que el mundo estaba gobernado por un principio de totalidad. Hipócrates, el padre de la medicina, creía que todas las partes del universo estaban unidas, las unas con las otras, una visión que le llevaba a explicar las coincidencias significativas como elementos simpáticos que se buscan los unos a los otros.
En Oriente, la filosofía taoísta o la espiritualidad budista o hinduista también concebían un universo interconectado e interdependiente. En las tradiciones chamánicas, la sincronicidad se interpretan como una especie de señal de radio que indica si nuestras decisiones y métodos son los adecuados, aquí otro ejemplo común de una sincronicidad, si una noche sueñas con alguien y al día siguiente te encuentras con esa misma persona, podrías preguntarte porque esta persona llega a mi vida en este momento? ¿Qué significa esto y cuál es el mensaje que debo extraer?, esto nos lleva a un plano más allá del mundo material e implica un orden más profundo e invisible en el universo porque en un sentido mucho más amplio, todo nuestro universo y la vida misma pueden considerarse una coincidencia casi imposible.
Muchos científicos han señalado que las leyes físicas que vemos a nuestro alrededor parecen estar perfectamente dispuestas de la forma adecuada para sustentar la vida tal y como la conocemos, también sabemos que hay constantes matemáticas en la naturaleza que nos rodea, como la velocidad de la luz y la fuerza de la gravedad, todos estos números parecen ser los adecuados para que nuestro universo contenga vida, si fuera un poco diferente el universo se colapsaría o no tendría los elementos químicos necesarios para que se formen estrellas o planetas, es una pregunta que merece la pena hacerse, es sólo una coincidencia que las leyes de la naturaleza y las constantes matemáticas que vemos en el universo sean exactamente como son? que por casualidad estén dispuestas de tal manera que hagan posible el mantenimiento de la vida?, esto ha llevado a lo que muchos científicos han llamado la idea del ajuste fino del universo.
Por otro lado, los estudiosos de este concepto pronto se dieron cuenta de que la sincronía suceden más a menudo en periodos de transición, de cuestionamiento personal o de crisis vital, son muy frecuentes cuando acaba de suceder una muerte o un nacimiento cercano, acontecimientos que suelen volver la vida del revés.
Jung creía que la sincronicidades son un reflejo del proceso psicológico profundo y que nos aportan mensajes, pues adquieren significado y nos pueden servir de guía desde el momento en que se corresponden con estados emocionales y experiencias internas. Y si profundizamos aún más, encontramos otro tipo de sincronicidad que surge en relación con los números, según la Numerología, cuando ves un número que sigue apareciendo en tu vida una y otra vez en diferentes situaciones y de diferentes maneras, no es un accidente, está ocurriendo por una razón, de igual forma, mirar el reloj o la hora en el teléfono y ver constantemente las horas dobles, horas espejo o espejo invertido como 22:22, 12:12, 12:21, es lo que se denomina sincronía de horas.
De la misma manera que un sueño recurrente puede entenderse como un mensaje de tu subconsciente, un número que sigues viendo en tu vida puede entenderse como un mensaje del universo, pero que aproveches o no ese mensaje depende de ti, en numerología, estos números recurrentes y llaman números angelicales, suelen dar valiosas pistas sobre las oportunidades que ya existen a tu alrededor. ¿Entonces, has notado alguna extraña o maravillosa coincidencia en tu vida?.
La sincronicidad es acompañan las fases cruciales del proceso de "individuación", pero con demasiada frecuencia pasan desapercibidas porque el individuo no ha aprendido a estar atento a tales coincidencias y a darle sentido en relación con el simbolismo de su vida interior, cuanto más alertas estemos con respecto a nuestro entorno, más probabilidades habrá de que ocurran sincronicidades a nuestro alrededor, o al menos que les prestemos atención, desde pequeñas conversaciones, canciones de la radio o mensajes publicitarios, por ejemplo, hasta encuentros aparentemente fortuitos, sólo hay que estar atentos, si dejamos a las circunstancias fluir y no presionamos ni forzamos la ocurrencia de sucesos, o la voluntad de las personas, mientras mantenemos una actitud receptiva y de apertura, dejándonos llevar por nuestra intuición y nuestra sabiduría interior, nos abriremos a la magia que nos ofrece la experiencia de la sincronicidad, si sabemos escucharla, puede convertirse en una buena guía para nuestras vidas.
Quizás esta sea una de las muchas leyes universales que no puedan ser probadas con demasiada seguridad, pero que sin embargo, su presencia ha guiado la vida de una multitud de personas y está presente a lo largo de la historia de la humanidad, siendo algunas de las razones para mantener este concepto vigente, esta sincronicidad o acontecimientos misteriosos, deben servir para conectar con nosotros mismos y prestar atención a aspectos personales desatendidos, también para abrirse a la vida con gratitud y aceptarla tal y como es.
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Fuente: El Grimorio, Mindalia, Sadhguru Español.