El rock se libera con Patricio Fontanet
Ayer por la tarde quedó en libertad condicional Patricio Fontanet, ex lider de la banda Callejeros. El cantante cumplió su condena de 5 años en el penal de Ezeiza luego de la tragedia de Cromañón. En la cárcel no fue un preso más. Sus compañeros de celda lo respetaban por sus letras, y tuvo visitas estelares como la de Jorge Sampaoli, entrenador de la selección Argentina de fútbol.
¿Por qué lo respetaban sus compañeros y lo visitaban figuras mediáticas del país? Porque lo que supo decir en Callejeros iba de la mano con las opresiones de la sociedad. Que estaba sedienta de una cultura de rock que se estaba por quedar huérfana. Una cultura de rock barrial que desde que empezó el año 2000 hasta hoy sólo supo atravesar malas noticias.
En los 60
El rock en Argentina tiene inicio a fin de los 60 y en su idiosincrasia siempre estuvo el discurso de romper con supuestos. De denunciar las convenciones sociales, ya sea por innecesarias o por opresoras. El discurso denunciante se mantuvo a lo largo de las décadas hasta que llegó la tragedia de Cromañón.
“No hay que viajar a Europa ni estudiar en la universidad para que alguien te pueda amar”, cantaba finales del 60 un joven Javier Martinez que inmortalizaba su voz como una de las pioneras del rock nacional con su banda Manal.
En los 70
Años más tarde, en el 72, Billy Bond y la pesada del rock and roll tocaron en el Luna Park. La policía entró a reprimir por cosas de la época, y el público incentivado por Billy Bond al grito de“¡Rompan todo!”, le devolvió la represión a la policía. Convirtiéndose en un hito histórico del rock nacional.
A fines de los 70 llegó la última dictadura militar con su conocida opresión a la sociedad. En ese ambiente se hicieron superestrellas personalidades como Charly García con su canción “Los dinosaurios”. Denunció a los propios militares sin que estos se hagan eco.
En los 80
Mientras Charly se perpetuaba como referente del rock nacional, empezaba a sonar la banda de un italiano que cantaba en inglés cuando estaba prohibido ese idioma por la Guerra de Malvinas. Sumo, de Luca Prodan, interpeló a la sociedad Argentina como pocos. “Que me pisen. Quiero cruzar con la barrera”, cantaba el pelado. Que se tomaba un momento para discutir con las bandas de la época como Soda Stereo, o con Virus, que era liderada por un homosexual -toda una revelación para la época-
Con los que no discutió, y hasta se subió a tocar, fue con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Probablemente la banda más influyente del rock barrial en Argentina. La que más gente llevó por todo el país. Banda que se mostró en contra de la policía, en contra de los gobiernos militares y de los gobiernos que llenaron las cárceles de presos políticos.
En los 90
A mediados de los 90 La Renga tocaba por primera vez en Obras y al terminar el show se encontraron una caja de champagne y una carta de felicitaciones por el show que acababan de dar. El papel estaba firmado por el Indio Solari, líder de Patricio Rey. Al poco tiempo Los Redondos no pudieron tocar más en Capital y salieron a recorrer el país. En los 2000 se disolvieron, y la Renga tomó la posta. También proscritos de la ciudad, debieron salir a dar vueltas por el país.
“Dejame ver que hay para saborear esta vuelta, la carta no está siempre a tu alcance en los matutinos”, canta El Chizzo, guitarrista y vocalista de La Renga. La disputa con los medios de comunicación es histórica en el rock. John Lennon decía que tenía “canciones de periódicos”, donde contaba noticias en formato de canción.
En el 2000
En Argentina la denuncia de los medios es distinta, fueron varios los grupos que lo hicieron. Callejeros no fue la excepción. El Pato Fontanet escribió en Imposible que “por fin va a decir la verdad el que escribe en los diarios”. Y así siguió con la lógica denunciante del rock argentino.
Lógica que se fue a la cárcel después de Cromañón. No viene al caso juzgar si estuvo bien o mal la condena para Callejeros, lo que hace a la cuestión es que después de la tragedia de 2004, con Los Redondos separados, con La Renga dando vueltas por el país sin poder tocar en la Capital, el rock barrial se quedó sin referentes que continúe con esta forma de ser. No hubo bandas que supieran consolidarse en la escena nacional.
Las Pastillas del Abuelo y La Beriso hicieron sus primeros temas conocidos allá por la segunda mitad de la década del 2000. La Beriso fueron quienes pudieron llenar River. Hace dos años lo hicieron por primera vez . Pero el discurso era otro. “"Los militares hicieron muy mal, pero la democracia también hace muy mal a la Argentina”, afirmó Rolo, el cantante de la banda. Nunca en la historia del rock los referentes hubieran puesto en duda la importancia de la democracia en el país.
Es verdad, cambió mucho Argentina en 60 años. Aunque todavía no hay mujeres que tomen la posta de una banda multitudinaria, son ellas quienes están al frente de las luchas sociales en el país. Son las que más se manifiestan y probablemente las que mejor organizadas estén.
Hoy en día las mujeres y la opresión social se encuentran en las letras de Fontanet. En 2003 era imposible pensar en mujeres al poder y menos en un aborto legal. Pero otra vez el rock marcó las necesidades sociales ante el ninguneo político. En 2003 salió la canción imposible, de Callejeros, que reza “Que decir aborto suene a legal y que no sea un pecado mortal”.
Y la libertad de Fontanet no es algo que esté bien o mal dentro del rock, sino que era algo necesario. Para poder escuchar nuevamente una voz que encarne las necesidades del pueblo que no es escuchado. Que se manifiesta sin respuesta. Y que al menos con canciones que lo vuelvan a interpelar, encontrará un alivio para saciar su opresión.