El regreso de la teología política y el inicio de la era Milei.
Desde las escalinatas del Congreso, el recién nombrado Presidente argentino, se dirigió a la población para hablar sobre los piquetes, el Rodrigazo y los próximos meses.
“Hoy comienza una nueva era en Argentina, una era de paz y prosperidad, una era de crecimiento y desarrollo, una era de libertad y progreso”.
Entre los líderes extranjeros estaban presentes el Rey de España, Felipe VI; el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou; el presidente de Chile, Gabriel Boric; el líder ucraniano, Volodimir Zelensky; el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley; y el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Además, también estaban presentes el líder del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, los gobernadores, de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, Mendoza y Buenos Aires, Alfredo Cornejo y Mauricio Macri, así como los expresidentes Mauricio Macri, Eduardo Duhalde y Adolfo Rodríguez Saá, los ministros del Poder Judicial y los miembros del cuerpo diplomático y de las fuerzas de seguridad.
Estuvo presente la canciller Diana Mondino, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, el ministro de Interior, Guillermo Francos, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, entre otros ministros designados.
Además, Zulemita Menem, la prima del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; y la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, acompañada de sus dos hijas, asistieron a la sunción.
Otra de sus principales promesas durante su campaña electoral fue la liberación del dólar. El cepo cambiario, una herencia del gobierno actual, no solo es una situación difícil para la sociedad y la economía, sino que además, la cantidad de dinero disponible en la actualidad es el doble de la que había antes del Rodrigazo.
El líder actual tiene su propia cosmogonía, que incluye su perspectiva sobre la política, la ética y la filosofía. No se puede compartir nada de lo que dice o hace. Sin embargo, está respaldado por un sistema cultural, el mismo que explica valores, principios, afectividades e imaginarios que están directamente relacionados con la herencia de la Argentina Establecida durante el Proceso de Organización Nacional (1862-1880), además de los slogans y lugares comunes que el macrismo intentó infundir en la sociedad, la meritocracia, el país de nuestros abuelos, vincularse al mundo. En el más profundo de los sentidos, su conexión con el siglo XIX no es publicitaria; es programática y estrictamente política.
“Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”.
Milei se toma muy en serio a sí mismo y cree que es necesario reorganizar Argentina, que ha sido desordenada por el voto universal, secreto y obligatorio, por el Peronismo en los años 40 y, especialmente, por el Kirchnerismo a principios del siglo XXI.
Enlaza con la "misión patriótica" a la que aluden todos los reorganizadores de la "Argentina Establecida" (o hegemónica, según se prefiera) y se basa en ese espíritu misional para pedir sacrificios e inmolaciones que la sociedad y, especialmente, la mayoría de la población deberán soportar con estoicismo.
“Será duro. Pero como dijo Julio Argentino Roca, nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo, cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”, expresó Milei, referente a la frase que el famoso "zorro tucumano" pronunció el discurso inaugural de su primer mandato presidencial ante el Congreso Nacional el 12 de octubre de 1880. Milei no recuerda que fue difícil para muchos, pero no para la familia Roca, quienes recibieron las 300 mil hectáreas apropiadas después de la campaña contra contra las comunidades indígenas de la región de la Patagonia.
“No hay alternativa al ajuste y al shock. Impactará de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto a los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina", expresó el primer mandatario.
Sin embargo, además de las burlas históricas, el discurso del presidente incluye un elemento aún más peligroso. No se trata únicamente de una postura dogmática o anacrónica, no hay nada más reaccionario que intentar llevar a una sociedad al siglo XIX, incluso si se trata de la arrogancia personal. Milei ya no es atractivo porque ha desatado a las "fuerzas del Cielo".
No se trata de una cuestión religiosa. Es una cuestión política estricta porque implica la entronización de la "teología política" como forma de justificación de todas las acciones humanas. Si hay "fuerzas del Cielo", habrá "fuerzas del infierno", si hay "luz", habrá "tinieblas" y si hay "verdad", habrá "falsedad".
El filósofo alemán Carl Schmitt sabe muy bien que la lógica de toda "teología política" es siempre binaria, con relaciones de amigos y enemigos siempre presentes. Y esa idea siempre tiene el control.
Finalmente, la libertad humana se anula por definición por la presencia de las "fuerzas del Cielo".
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Fuente:
Perfil, Infobae, TV Pública, La Nación, Clarín.