El Cinturón de Fuego.
¿Cómo se relaciona con los terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas en Asia?
La extensa región, que incluye incluso las costas de América, es testigo de una gran actividad geológica y tiene un gran impacto en las poblaciones cercanas.
En la mañana del miércoles, un fuerte sismo de magnitud 7,5 afectó las aguas cercanas a Taiwán, lo que obligó a Taiwán, Japón y Filipinas a emitir alertas de tsunami para sus zonas costeras, donde se esperan olas de hasta tres metros.
Según las primeras informaciones, el epicentro del temblor fue en el mar, a aproximadamente 25 kilómetros al sureste de la costa del condado de Hualien, a una profundidad de 15,5 kilómetros. El temblor tuvo lugar a las 7:58 am hora local.
La reacción no se limitó únicamente a la isla epicentro; la Agencia Meteorológica Japonesa emitió una alerta para los archipiélagos remotos cercanos a Taiwán, incluyendo Miyakojima. La televisión nacional NHK transmitió la advertencia de Tokio, que instaba a la población a evacuar de inmediato ante la posibilidad de un tsunami.
Este terremoto se suma a los frecuentes movimientos telúricos que sufre Japón, donde se registra aproximadamente una quinta parte de los terremotos de magnitud 6 o superior en todo el mundo. Debido a que se encuentran en los límites de convergencia de varias placas tectónicas importantes, Taiwán y Japón, ambas en el cinturón de fuego del Pacífico, experimentan una intensa actividad sísmica y volcánica.
Japón es una de las áreas más volátiles del cinturón de fuego, donde se encuentran las placas del Pacífico, Filipinas y Norteamericana. Esta interacción entre placas provoca terremotos frecuentes y hay muchos volcanes activos en el país. Japón ha experimentado una larga historia de desastres naturales catastróficos, como terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas. Uno de esos es el terremoto de Tohoku en 2011, que provocó un fuerte tsunami y el desastre nuclear de Fukushima.
Taiwán, por otro lado, se encuentra en el punto de convergencia entre las placas Euroasiática y Filipinas. A causa de la subducción de la placa Filipina bajo la placa Euroasiática, la isla tiene un alto nivel de actividad sísmica. Los terremotos son comunes y pueden ser muy fuertes. Uno de ellos fue el terremoto de Chi-Chi en 1999, que provocó muchos daños estructurales y numerosas muertes. Taiwán tiene menos actividad volcánica que Japón, pero la isla está alerta ante la posibilidad de terremotos y sus posibles consecuencias.
Ambos países se encuentran en el cinturón de fuego del Pacífico, lo que les brinda ventajas en términos de suelos fértiles y recursos geotérmicos, pero también enfrentan el desafío constante de enfrentar el riesgo de desastres naturales causados por la actividad geológica. Para proteger a sus ciudadanos e infraestructuras críticas, ambos países han creado avanzadas tecnologías y estrategias de prevención y respuesta ante emergencias.
¿Qué es el Cinturón de Fuego del Pacífico?
Se trata de una extensa área en forma de herradura que se extiende a lo largo del Océano Pacífico, donde hay una intensa actividad sísmica y volcánica. Esta región abarca las costas de Asia Oriental, América del Sur y América del Norte, y llega hasta Nueva Zelanda. Abarca alrededor de 40.000 kilómetros, alberga alrededor del 75% de los volcanes activos del mundo y es escenario del 90% de los terremotos más grandes que se han registrado.
La tectónica de placas es la causa de la actividad geológica en el cinturón de fuego del Pacífico. Esta zona está influenciada por múltiples placas tectónicas, como la placa norteamericana, la placa del Pacífico y la placa de Nazca. Los terremotos y la actividad volcánica son causados por el movimiento y la interacción de estas placas. Por ejemplo, una causa común de estos fenómenos es el movimiento de subducción, donde una placa se desplaza debajo de otra.
La actividad geológica en este cinturón tiene un gran impacto en las poblaciones cercanas. Los terremotos y erupciones volcánicas ponen en peligro la vida, la infraestructura y las economías. Por otro lado, la actividad volcánica también ayuda a formar suelos fértiles, lo que ayuda a la agricultura en algunas áreas.
Japón, Filipinas, Indonesia, incluyendo las islas de Sumatra, Java, Sulawesi, una parte de Borneo y las Molucas, Papúa Nueva Guinea, y Rusia, incluyendo la península de Kamchatka y las Islas Kuriles, forman el cinturón de fuego de Asia. Estos países experimentan una gran actividad volcánica y sísmica debido a la subducción de varias placas, incluidas las placas del Pacífico, Filipinas e Indoaustraliana.
Nueva Zelanda es una parte importante del cinturón de fuego en Oceanía. Se encuentra en la interacción entre la placa del Pacífico y la placa Indoaustraliana, y tiene muchos volcanes activos.
Latinoamérica en peligro.
Los países del cinturón de fuego del pacífico atraviesan desde el extremo sur de Chile hasta llegar a Colombia a través de la costa oeste de Sudamérica, pasando por Perú y Ecuador. Después, la franja se expande hacia el centro y Norteamérica, a países como Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México, Estados Unidos y finalmente Canadá.
Esta extensa zona es conocida por su alta actividad sísmica y volcánica, que es el resultado de la interacción de las placas tectónicas. Los países del cinturón sufren con cierta frecuencia terremotos y erupciones volcánicas, que pueden causar daños materiales y muertes. Además de los peligros geológicos, esta actividad tiene un impacto en aspectos sociales, económicos y ambientales a largo plazo, como la creación de suelos muy fértiles que son excelentes para la agricultura, además de representar un riesgo para la seguridad de las poblaciones cercanas. Sin embargo, debido a la constante amenaza de terremotos, estos países se ven obligados a implementar medidas de construcción y planificación urbana más estrictas para reducir los daños potenciales.
Para concluir, ser parte del cinturón de fuego del pacífico presenta desafíos especiales para los países involucrados en cuanto a la gestión de desastres naturales, el desarrollo sostenible y la preparación de la población. Por lo tanto, es necesario invertir continuamente en investigación, educación y tecnologías de prevención.
Fuentes:
Infobae, NMás, EL PAÍS, History Latinoamérica.