Cuba, La Habana. Historias Habaneras
La Habana, Cuba
Pensé en La Habana como sitio de refugio y vuelta a un tiempo que ya no encontraremos. Una ciudad detenida en los avatares de la nostalgia arquitectónica y acompañada de habitantes que, pareciera, no conocen la palabra tristeza: te saludan cálidamente, te ofrecen sus sonrisas y siempre, pero siempre esparcen optimismo.
Vivimos en pleno 2017 y poner un pie en Cuba es saborear vestigios del paso del tiempo: ¿mejor? ¿peor? diría otro.
Su historia se conoce a cada paso puesto que es imprescindible dar paseos alucinantes por la Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana del Este y en particular La Habana Vieja que fue declarada Patrimonio de La Humanidad por la UNESCO en el año 1982.
La Habana Old Style
Hay una característica inquebrantable entre los cubanos y ésa es la creencia y el valor que le dan a las distintas religiones; léase católica o africana. Los habitantes de esta belleza antigua cumplen ritos que al turista lo dejan de asombro: por ejemplo en algunos hogares hay pequeños altares a santos que le profesan su fe y a modo de ofrenda le brindan una copita de ron cada vez.
El clima que acompaña estas calles es un clima cálido durante todo el año, así que caminar por allí no requiere otra cosa que ropa liviana y un cómodo par de zapatillas.
Sin duda lo que mayor asombro me causó fue ver en vivo autos que datan de los años 30 o 40 engamados en colores sorprendentes que, aunque a muchos les pase de largo, son parte del patrimonio cultural de la Isla.
No sé si te gusta fumar pero bien conocida es la fama de los puros cubanos que rodean el misticismo de La Habana, por lo que si arribas a tierras del "son cubano", obviamente tenés que acercarte a uno de ellos y beberte un mojito, ¡chico!