Contaminación: extinción de especies de insectos.
Según un estudio del Instituto Max Planck de Alemania descubrió que los altos niveles de ozono en el suelo destruyen la señal química entre machos y hembras de mosca, como consecuencia esta problemática podría generar una disminución global de insectos.
Las feromonas, son las encargadas de la comunicación sexual de los insectos, son atrayentes químicos que permiten que machos y hembras puedan aparearse, siendo distintiva en cada especie en particular. Los cambios más pequeños hacen que los insectos no se apareen, ya que el olor de sus congéneres es inconfundible y puede verse afectado por los factores externos. Las feromonas son moléculas de olor que contienen dobles enlaces carbono-carbono, los cuales pueden romperse fácilmente.
“Ya sabíamos que los contaminantes ambientales como el ozono y el óxido nítrico degradan los aromas florales, lo que hace que los capullos sean menos atractivos para sus polinizadores.
Dado que los compuestos son dobles enlaces de carbono son particularmente sensibles a la degradación del ozono, y casi todas las feromonas sexuales de insectos tienen dobles enlaces, nos preguntamos si la contaminación del aire también afecta el modo en que las hembras y los machos de insectos se encuentran e identifican entre sí durante el apareamiento”, explica Markus Knaden, Director del Grupo de Comportamiento Guiado por Olores en el departamento de Neuro etología Evolutiva del Instituto Max Planck en Jena, Alemania y autor principal del estudio, publicado en Nature. https://www.nature.com/articles/s41467-023-36534-9
Los científicos desarrollaron por primera vez un sistema de exposición al ozono para comprobar el comportamiento de apareamiento de la mosca modelo Drosophila melanogaster, pudiendo de esta manera imitar los niveles de ozono en el aire.
Para realizar este estudio, los expertos tuvieron que crear una corriente de aire continua con niveles de ozono definidos con precisión, un objetivo complicado, ya que el mismo, es un compuesto químico estable y se desvanece fácilmente.
Las moscas suelen transportar cantidades muy pequeñas de feromonas en condiciones normales.
“Por lo tanto, necesitábamos una técnica que nos permitiera medir incluso pequeñas cantidades de feromonas que nos permita medir incluso pequeñas cantidades de feromonas en moscas individuales que habían estado o no expuestas al ozono antes de las mediciones. Para hacer esto, usamos lo que se conoce como unidad de desorción térmica acoplada a un cromatógrafo de gases/espectrómetro de masas, que nos permitió medir pequeñas cantidades de olores emitidos por moscas individuales”, afirma Knaden.
Las moscas macho estuvieron expuestas a concentraciones de ozono ligeramente elevadas durante dos horas, los niveles disminuyeron significativamente en comparación con un grupo de control que solo había estado expuesto al aire ambiente.
En una sola especie, Drosophila busckii, la liberación de feromonas masculinas no se vio afectada.
Los investigadores probaron el atractivo de las moscas macho, y descubrieron que los mismos usan el olor para distinguir hembras de otros machos y durante el apareamiento, éstos transfieren su feromona a las hembras que, recién apareadas, huelen a la feromona recibida y ya no representan ninguna atracción para los machos restantes.
“Sabíamos que los niveles elevados de ozono podrían afectar los sistemas de apareamiento de los insectos por la descomposición de los dobles enlaces de carbono y, por lo tanto, de las feromonas. Sin embargo, nos sorprendió que incluso concentraciones de ozono ligeramente elevadas tuvieran efectos tan fuertes e las moscas”, aseveró el Director del estudio.
“Inicialmente queríamos centrarnos en las interacciones entre machos y hembras. Podríamos explicar que los machos comenzaron a cortejarse después de una breve exposición al ozono, porque obviamente no podían distinguir a los machos ozonizados de las hembras. Sin embargo, no habíamos pensado en esto antes. Por lo tanto, nos desconcertó bastante el comportamiento de los machos expuestos al ozono, que se alinearon en largas cadenas de cortejo”, sostuvo Nanji Jiang, especialista del departamento de Neuroetología Evolutiva del Instituto Max Planck de Ecología Química.
“La concentración de contaminantes del aire solo ha aumentado drásticamente desde la industrialización es poco probable que los sistemas de comunicación de los insectos, que han evolucionado a lo largo del tiempo, sean capaces de adaptarse a las nuevas condiciones en un corto tiempo si las feromonas, de repente, ya no están allí. La única solución a este dilema es reducir de inmediato los contaminantes en la atmósfera”, revela el estudio.
“La comunicación química en los insectos no se limita al comportamiento de apareamiento. Todos los insectos sociales como las abejas, las hormigas y las avispas, usan señales químicas para identificar a los miembros de su colonia.
También estudiamos si la estructura social dentro de las colonias de hormigas se ve afectada cuando las hormigas regresan de sus viajes de búsqueda de alimento durante los cuales quedaron expuestas a mayores niveles de contaminantes. El hecho de que el 80% de nuestros cultivos necesiten ser polinizados por insectos deja claro qué escala puede tomar este problema en el futuro, si no conseguimos reducir drásticamente la contaminación del aire”, concluye Hansson.
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Fuente: Canal 26, Infobae, Entomología y Bienestar, La Sexta Noticias, RTVE.