¿Cómo afecta el Bitcoin al medio ambiente?
Dinero virtual. Escucho esa frase y pienso "no se imprime, no contamina, ¡es bueno para el medio ambiente!", pero estos días me estuve dando cuenta que en verdad no todo es lo que parece.
¿Qué es el Bitcoin y las Criptomonedas?
Voy a intentar explicarlo lo más sencillamente posible sin entrar en mucho detalle, hay mucha información en internet para indagar más en el tema. Las Criptomonedas son monedas virtuales o digitales diseñadas para funcionar como medio de intercambio. Estas monedas de intercambio digital usan criptografía (escritura secreta) para asegurar y verificar transacciones, así como para crear nuevas unidades de cada Criptomoneda particular. Poniéndolo en palabras un poco más gráficas, son entradas limitadas en una base de datos que nadie puede modificar a menos que se cumplan ciertas condiciones.
En el caso del famoso Bitcoin, es una de las tantas Criptomonedas que existen y aparece en 2009 presentado por un programador anónimo que usaba el alias Satoshi Nakamoto. La novedad del Bitcoin es que se trata de un sistema descentralizado, no tiene servidores involucrados en el proceso y no hay una autoridad central de control. No se si están familiarizados con el término p2p, si les interesa les recomiendo investigar este término para entender un poco más cómo funciona el Bitcoin.
En lo poco que llevamos de este 2021 estas dos palabras Bitcoin y Criptomoneda tomaron mucha fuerza en las noticias de todo el mundo por el considerable aumento de su valor debido a distintos factores, lo que nos lleva a pensar si realmente podrían convertirse en monedas de uso oficial en el mundo. Más allá de los factores económicos y políticos que esto conlleva, lo que nos interesa acá es el factor medioambiental... ¿Cómo afecta el Bitcoin y las Criptomonedas al medioambiente?
Las Criptomonedas y su implicancia en el medioambiente
La gran pregunta es ¿cómo algo que es virtual, que no existe en el mundo real, puede contaminar? Bueno, gracias a un estudio hecho por investigadores de la Universidad Técnica de Munich (TUM) y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) descubrieron que efectivamente el uso de Bitcoins genera unas emisiones de CO2 equivalentes a las de Las Vegas.
Esto se explica debido a que si bien los Bitcoins no pueden contaminar por si mismos, conllevan un consumo de energía y recursos que sí lo hace, sin este consumo justamente no podrían existir. Según este estudio, el uso de Bitcoins genera una huella de carbono de entre 22 y 22.9 megatoneladas anuales, lo que sitúa a esta Criptomoneda como un contaminante potencialmente peligroso para el mundo y el medioambiente.
El principal motivo de esta emisión descontrolada de CO2 se debe a la llamada "minería" de los Bitcoins: Son personas o empresas que generan Bitcoin mediante el cual las transacciones se verifican y se ofertan nuevas unidades. Su rol es reunir las últimas transacciones en bloques (conjuntos de transacciones verificadas), procesan y certifican transacciones, mantienen la seguridad en la red haciendo que los participantes de las operaciones se sincronicen. El estudio estima que estas operaciones representan el 0,2% (!!) del consumo mundial de electricidad.
La minería de criptomonedas y las emisiones de CO2
Otro factor que incide fuertemente en las emisiones de CO2 es la localización geográfica de los grandes focos de operaciones de minería Bitcoin. Al ser un alto porcentaje de estos mineros provenientes de Asia (región en la que la producción de energía está fundamentalmente basada en el carbono) permite concluir que el auge de las Criptomonedas está provocando un exceso de emisiones que no estaba contemplado en ningún protocolo.
El objetivo de este posteo es, más que nada, generar conciencia sobre los posibles efectos secundarios de la digitalización. En primera medida pareciera ser segura y no contaminante, pero recordemos que toda tecnología necesita energía para funcionar, y es nuestra responsabilidad como habitantes de este planeta que esa energía sea limpia y renovable para no seguir contaminando más el plantea.