Cementerio de CO2: Noruega prepara un nuevo plan anticontaminante.
Una obra que no parece gran cosa por el momento, pero la tecnología que están poniendo en marcha en Noruega, podría ayudar a enfriar el planeta.
Jonas Gahr Store (Primer ministro de Noruega), visitó la planta en construcción, le ha dado a este proyecto prioridad absoluta, expresó lo siguiente: "Hacia el 2030 y 2050, no hay forma de alcanzar nuestros objetivos sin el aporte de la tecnología (CAC), "captura y almacenamiento de carbono", por ejemplo en la producción de cemento, seguiremos produciéndolo, o en las plantas de residuos, será un CO2 del que no se puede prescindir, pero se puede capturar y almacenar de forma segura, eso es muy importante".
El proyecto Northern Lights, pertenece a un programa del gobierno noruego en asociación con las empresas energéticas, Equinor, Total y Shell, con una inversión de 625 millones de euros, a pocas horas de inaugurar el centro de visitantes, personas de todo el mundo podrán aprender de toda la experiencia adquirida en Noruega.
La obra en Øygarden continuará un año y medio más, después del objetivo de Northern Lights, es almacenar 1,5 millones de toneladas CO2 cada año bajo el lecho marino.
La idea, el CO2 procedente de industrias pesadas, será capturado y llevado a Noruega en barco, desde allí se bombeará hacia el mar por gasoductos, para ser inyectados en formaciones rocosas a 2.600 mts de profundidad bajo el lecho marino.
La tecnología se probó en proyectos industriales en Noruega desde los años 90´s, donde el CO2 sobrante se devuelve al fondo marino, en vez de liberarlo en la atmósfera.
Bergen, en el centro de investigación noruego, se exploran modos de almacenamiento de CO2, muchos críticos ven riesgos de seguridad, pero científicos como Sara Gasda (Norce), dicen que no hay porque preocuparse, así lo expresó: "hay muchas barreras naturales en el subsuelo que impiden que vuelva a subir, luego con el tiempo la naturaleza se encarga de disolver todo ese CO2 y formar minerales, estos procesos pueden llevar décadas o cientos de años, pero la naturaleza hará su trabajo, evitando que ése CO2 se libere nuevamente.
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