Catacumbas: "historias del inframundo en París".
Por problemas de salubridad provocados por los cementerios, se decidió trasladar sus contenidos a un lugar subterráneo.
La red de túneles y cámaras subterráneas conocida como las Catacumbas de París, sirvió como cementerio para miles de personas de diversos períodos históricos.
La historia de las Catacumbas de París se remonta al siglo XVIII, cuando las autoridades decidieron trasladar los restos humanos a un lugar subterráneo debido a los graves problemas de salud que provocaban los cementerios en la superficie.
Orígenes e Historia.
Durante los proyectos de urbanización de Luis Felipe y los proyectos de construcción haussmannianos entre 1859 y 1860, la retirada de restos se reinició en 1840.
El término "Catacumbas" se utiliza por primera vez en referencia a las catacumbas de Roma, un lugar que ha atraído un importante interés público desde que fue declarado "Osario municipal de París" el 7 de abril de 1786.
A partir de 1809, las Catacumbas están abiertas al público con una reserva previa, actualmente, los visitantes tienen la posibilidad de acceder a ellos sin permiso especial. Las Catacumbas de París acogen a más de 550 000 visitantes anualmente.
El osario de las catacumbas, es uno de los osarios más importantes del mundo y está incluido en la lista de osarios subterráneos. En 1809, antes de abrirse al público, el inspector Héricart de Toury llevó a cabo una reorganización decorativa, transformándolo según la visión de museo y monumento.
Los restos óseos, que antes estaban dispersos por todas partes, ahora están colocados cuidadosamente en las diminutas paredes de la antigua cantera.
En la fachada se alternan hileras de tibias con hileras de cráneos, mientras que los huesos restantes estaban amontonados detrás de las paredes y a menudo quedaban gravemente fragmentados como consecuencia de su caída, de manera similar a cómo se dispusieron columnas dóricas, altares, cipos y tumbas a lo largo de la ruta, también hubo construcciones de mampostería de estilo antiguo y egipcio.
Los nombres de lugares concretos se eligieron basándose en obras religiosas o románticas de la Antigüedad, como la lámpara sepulcral, la fuente samaritana o el sarcófago Lacrimatorio.
Héricart de Thury organizó exposiciones inspiradas en curiosidades, una dedicada a la patología y otra a la mineralogía, en un esfuerzo por añadir también un componente educativo al recorrido.
Según las investigaciones realizadas por el Dr. Michel-Augustin Thouret en 1789, este último mostraba ejemplares asociados a enfermedades y deformaciones óseas, la herramienta de enseñanza final es una colección de placas esparcidas por las galerías que están escritas con textos religiosos y poéticos, están destinadas a provocar los últimos momentos de contemplación e introspección del visitante.
Las enigmáticas catacumbas de París, han sido el objetivo para la realización de estudios sobre el mundo subterráneo.
Jacques Maheu y Armand Viré, del Museo Nacional de Historia Natural, se interesaron especialmente por la zona poco después de su apertura, en tanto Jacques Maheu, botánico, estudió la flora en ambientes con poca luz, mientras Armand Viré, espeleólogo y naturalista, descubrió crustáceos que viven en cuevas.
En 1813, Héricart de Thury también realizó un experimento en el que colocó cuatro peces de colores en la fuente samaritana, éstos sobrevivieron, pero no pudieron reproducirse y finalmente quedaron ciegos.
Félix Tournachon, también conocido como Nadar, experimentó durante tres meses en 1861 con la fotografía bajo luz artificial. El fotógrafo utilizó maniquíes para representar a los trabajadores en su lugar de trabajo porque el tiempo de exposición requerido por las condiciones de iluminación oscura era demasiado largo.
Actualmente, se están realizando investigaciones sobre las patologías mientras el osario realiza campañas de consolidación. Las catacumbas de París enfrentan un desafío importante a la hora de mantener los restos humanos con respeto y al mismo tiempo preservar su importancia geológica, arqueológica e histórica en un entorno subterráneo muy húmedo.
Oscuras curiosidades.
En el interior de este particular atractivo, se instaló una sala de cine ilegalmente. Como parte de una investigación sobre un robo de electricidad en 2004, los empleados de una compañía de energía eléctrica descendieron a las catacumbas con la ayuda de la policía, descubrieron algo completamente inesperado, a 50 metros de profundidad debajo de la plaza Trocadero, muy próximo a la Torre Eiffel, una enorme sala cinematográfica de 400 metros cuadrados equipado con todas las comodidades, donde resaltaba una enorme pantalla de última tecnología, un bar y muebles en perfecto estado.
Cabe destacar que contaba con un sistema eléctrico en pleno funcionamiento y un equipo de cámaras de seguridad. Después de unos días, la policía volvió al lugar para continuar su investigación y descubrió una nota que decía: "No intenten encontrarnos".
Es aconsejable caminar por este destino subterráneo con mucho cuidado, si te pierdes, en algún momento te quedarás sin luz, dificultando tu intento de escapar y salir de allí.
Otra curiosa leyenda que ronda por estos lugares, es que en la oscuridad los pasadizos cambian de dirección, aunque existe una entrada principal, lo cierto es que hay una gran cantidad de pasadizos ocultos que dan acceso a lugares vedados al público en general, y son muchas las personas que se concentran en ellos ayudándose de puertas ocultas, como alcantarillas, túneles de trenes, subterráneos, etc.
Esto se hacía con la intención de realizar fiestas no autorizadas y rituales extraños, se dice que quienes pasan una cantidad importante de tiempo en este lugar son conocidos como “catáfilos”.
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Fuente: History Latinoamérica, Catacombes, Happy travel, Guía práctica París, Turismo París, Catacombes de Paris.