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Carlos Gardel: “El Zorzal criollo”.

Fue el primer argentino famoso en todo el mundo y en su homenaje se celebra el “Día del Tango”.

Alejandro Bertochi

11 de dic. de 2023 10 min de lectura

Sin duda cada día cantaba mejor; lo que se impulsa y debate como nunca en la historia es la verdadera nacionalidad de Carlos Gardel, quien vino a este mundo el 11 de diciembre de 1890 para alzar una mejor voz.

El misterio se despejó cuando el argentino Juan Carlos Esteban y los franceses Georges Galopa y Monique Ruffié descubrieron la partida de nacimiento de Gardel después de investigar el libro El padre del Gardel; finalmente nació en Toulouse, Francia.

El documento fue publicado después de 10 años de investigaciones y entrevistas por parte de los autores, durante las cuales descubrieron que su nombre de nacimiento, Charles Romuald Gardes, estaba inscrito en el registro civil de la pintoresca localidad.

La historia más conocida.

Su madre, Berthe Gardes, que había sido expulsada por ser madre soltera, llegó en un barco cuando él tenía dos años, con él en brazos. Fue el autor quien reveló que su padre, Charles Romuald, tenía otros hijos y había pasado la mayor parte de su vida en prisión por diversos delitos que supuestamente había cometido.

Reconocido mundialmente y aún amado hoy, Carlos es una figura icónica para Argentina, el país que amó y eligió para vivir con su madre. Compró una casa en El Abasto, que hoy es un museo minimalista; cerca se encuentra el Mausoleo de Chacarita, donde están enterrados sus restos, así como una estatua de unos 2 metros de altura donde ya se ofrecen flores.

Ser argentino.

El 4 de noviembre de 1920, Carlitos, quien era muy conocido y admirado por el público, recibió una cédula de identidad argentina.

“Para entender el desarrollo del fenómeno Gardel tenemos que remitirnos a la Buenos Aires de principios del siglo XX y a los cambios originados con la inmigración, multiplicados con tal fuerza y masividad, que inauguraron una dinámica social y un mestizaje con un vuelo que sólo el tango fue capaz de mostrar y expresar”, invita a pensar Walter Santoro, Presidente de la Fundación Internacional Carlos Gardel.

Cuando llegó, el 7% de la población de la capital federal era extranjera; en 1914, esta cifra había alcanzado el 50 por ciento. Además, muchos inmigrantes llegaron a Buenos Aires desde otras provincias, y sólo un tercio procedía de Buenos Aires. "Los cambios que ha experimentado el país han sido de una escala sin precedentes”.

"La nueva situación ha provocado cambios en el eje cultural en torno al cual gira nuestra sociedad, y los arquetipos sociales derivados de la cultura han cambiado principalmente", señaló.

Como otros inmigrantes a este país, Bertha eligió Argentina; porque Argentina era un país prometedor y con grandes oportunidades. Aunque se desconoce el motivo exacto, los sentimientos de Gardel por el país son claros y su tango lo demuestra.

Cuando era niño, el pequeño Carlitos era cuidado por algunas amigas de Berta, mientras ella trabajaba en las tareas del hogar, lavaba la ropa, planchaba, etc. a cambio de algo de dinero, tanto como de un plato de comida.

“Cuentan los hijos de Rosa Corrado de Franchini, que compartieron su infancia con el pequeño, que ‘desde muy chiquito soñaba con ser cantor. Él mismo lo decía. Muchas veces, de noche, cuando se acostaba, lo veíamos en la cama con un pequeño palo, a manera de guitarra, y cantaba las canciones de la época.

A los siete años se sentaba en las puertas de calle a cantar, y enseguida lo rodeaba un mundo de muchachitos y por intermedio de ellos, muchas familias se lo llevaban a sus hogares, durante días enteros’”, revive Santoro, uno de los grandes estudiosos de la vida y obra gardeliana.

Según su madre, cuando tenía 12 años le pidió la llave del portón "porque esa noche tenía un programa", a esa edad daba conciertos para artistas en casa y donde fuera invitado a actuar.

Talento natural.

Su adolescencia no fue distinta a la de otros niños humildes y solía pasar buena parte del tiempo rebuscándosela para hacerse de un dinero: iba de timba, apostaba y hasta tuvo alguna actitud que le valió vérselas con la policía.

“Ese tipo de vida era una obsesión para aquel muchachito morocho, peinado con raya al medio, bastante gordito y de andar desenfadado”, repasa el también coleccionista de objetos gardelianos.

“Doña Berthe ya había perdido las esperanzas de retenerlo a su lado y la calle pasó a ser su casa. En diferentes ocasiones, durante días e incluso meses, se ausentaba de su hogar. Es conocida su detención en Florencio Varela por vagancia o fuga del hogar, en 1904, por la Policía de la provincia de Buenos Aires.

Por lo que sabemos, estos encuentros con la policía habrían sido frecuentes. Esto describe la compleja situación socio-económica en la que vivía; situación que supo sortear por su inteligencia y tenacidad, cualidades que fueron un eje fundamental para encarar los desafíos futuros”, explica Santoro quien además publicó un libro en el que recopila desconocidas fotografías de la historia de Carlos Gardel y su época, “Gardel en imágenes”.

Su carrera, aunque no profesional, comenzó en el Café Traverso y en el Comité conservador de la calle Anchorena al 600, y posteriormente, en 1927, se trasladó con su madre a la casa del 735 Jean Jaurès, que estaba disponible y que actualmente es la Casa Museo Carlos Gardel.

En el primer período se vistió de gaucho y payaba; aunque no era bueno para improvisar letras mientras canta (el secreto del éxito de los Faders), su voz hace latir el corazón de todos y abre el camino hacia el mundo del canto.

A principios de 1911 conoció a José Razzano, un uruguayo que inició su carrera musical en casa de un amigo en la calle Guardia Vieja, cerca del Mercado de Abasto. Gardel ya había cantado a dúo con Francisco Martino y Razzano y se unió a Saúl Salinas en Cuyo; había comenzado una de las épocas más populares del tango.

Su carrera comenzó a crecer exponencialmente y en 1931 conoció a Alfredo Le Pera, con quien había estado en contacto el año anterior. En ese momento, Gardel estaba en la cima de su carrera musical y actoral, pero su dúo con Le Pera lo puso en la cima del mundo. Juntos escribieron algunos de sus tangos más famosos y le dieron fama internacional. Estaban con el guitarrista cuando murió en un trágico accidente en Medellín el 24 de junio de 1935.

El primer argentino famoso.

El historiador Felipe Piña, en su libro Gardel, afirma que El Zorsal fue el primer argentino del siglo XX en alcanzar alturas extraordinarias en España, Francia, Estados Unidos y casi toda América Latina. Además de cantante, Carlos también fue un gran actor, dedicándose a escribir guiones, componer música para películas, filmar en París y Nueva York y dar lo mejor de sí a un público cada vez mayor. Al reflexionar sobre su trágica muerte, Pigna dijo que sintió que durante el vuelo le pudo haber pasado algo más que el miedo de Gardel.

“Esos diálogos son completamente reales, provienen de los testimonios de los sobrevivientes José María Aguilar Porrás, guitarrista, y José Plaja. Hay una permanente cuestión sombría en ese viaje final y una negativa a viajar que no tenía que ver con alguien paranoico sino con un mundo donde estaba empezando la aviación aéreo comercial y eran muy frecuentes los accidentes aéreos y Carlos tenía la prevención lógica de no querer viajar en avión y, además, se lo había jurado a su madre; por eso cuando ella se entera del accidente no lo podía creer porque él le había dicho que nunca se iba a subir a un avión”, advierte.

Pero eso no es todo. Según investigó “también se dieron una serie de sucesos desafortunados en ese vuelo”. “No pasó nada de lo que se dice sobre la leyenda del tiroteo, pero sí una cantidad de errores acumulados, la precariedad de un aeropuerto que no estaba en condiciones, la señalética era completamente humana con un banderillero como el de Fórmula 1 que marcaba la presencia de un avión y hubo una especie de discordia en marcar a destiempo la presencia del avión alemán de la pista.

También había una cierta sobrecarga en el avión de Carlos y mal distribuida donde había mucho el peso en la parte de atrás de la aeronave que complicó el despegue. El piloto era excelente en aviones pequeños y no en uno de ese tamaño; y un copiloto que no sabía pilotear. Entonces se conjugan una cantidad de cosas en una situación trágica que dio como resultado la muerte de la mayor parte de los tripulantes, a causa de una serie de graves errores humanos”, concluye.

El Mausoleo de Carlos Gardel espera a cientos de aficionados.

Nada menos que el cantante de los 80 y los gardelianos (en realidad varios) lanzando cenizas al viento y luciendo pañuelos al cuello y sombreros a un lado mientras Gardel canta el tango inmortal del alma.

Decenas de turistas pueden visitar el mausoleo donde están enterrados Carlitos y su madre. El viaje es imprescindible cada año para conmemorar su cumpleaños, el 11 de diciembre, y el 24 de junio, aniversario de su muerte en un accidente en Medellín tras chocar con otro avión.

“El acervo que Gardel nos ha dejado es inmenso y el aporte cultural más caudaloso que un artista pudo dejar. Su voz ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad y fue aclamado como argentino por los artistas más destacados del mundo, como también reyes, reinas, príncipes, presidentes, etc. Es el argentino que nos representó en muchos países, cantando no sólo tangos sino también decenas de otros géneros musicales, entre ellos folclore, plasmando nuestra idiosincrasia a través de sus letras”, destaca Edith Beraldi, la mujer que custodia los restos del cantor y su madre.

Además, resalta que él destacó como actor y que sus películas batieron récord en New York, lugar donde fue velado durante 8 días. “¿Quién otro logró tanto? Y podría seguir relatando sus “hazañas” ya que, por la época en que vivió, realmente lo fueron las cosas que ha hecho. Y como si fuera poco, la grandeza que tuvo en el arte también la ejerció como ser humano, porque le importaba mucho el otro y ayudaba a todo el que lo necesitaba. Su piedad era infinita y la mayoría de las veces le hacía llegar dinero en el silencio y la discreción. Cada vez que salía de alguna actuación, hacía que sus guitarristas desenfunden sus guitarras para brindarles varios temas a la gente que lo aclamaba afuera y no habían podido ingresar, sea por localidades agotadas o por no tener dinero para pagar su entrada”.

Día Nacional del Tango: ¿Cómo surgió esta conmemoración?

Esta fecha fue propuesta por Moisés Smolarchik Brenner, conocido popularmente como Ben Molar, quien en 1965 presentó a la Secretaria de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires la propuesta de declarar el 11 de diciembre Día Nacional del Tango en homenaje a la fecha en la que nacieron Gardel y De Caro.

Si bien contó con el apoyo de varias instituciones como Radio Rivadavia, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores) y la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), entre otros, recién doce años después fue aprobada la celebración mediante un Decreto Municipal, el 29 de noviembre de 1977, y Nacional el 19 de diciembre de ese mismo año. Desde entonces, todos los 11 de diciembre se celebra el Día Nacional del Tango.