Atenas: Bosque inteligente.
El bosque Syngrou en Atenas es el lugar elegido para un programa piloto.
Hace 30 años, un enorme incendio consumió el bosque de Syngrou en Atenas, en la actualidad este lugar es elegido para realizar un programa piloto, con la asistencia de las nuevas tecnologías, el objetivo es buscar y detectar fuegos en sus etapas más recientes e incluso poder de esta manera prevenirlos.
“Podemos detectar un previsible incendio antes incluso de que se produzca”, relata George Delaportas, CEO de la empresa emergente Probotek, que trabaja junto a Huawei, Nova-Wind y el Gobierno griego. Se trata de un proyecto piloto para crear bosques “inteligentes” capaces de localizar y evitar incendios de manera inmediata.
Esta tecnología ya se utiliza en distintos países como Italia, Turquía, Polonia y Dinamarca. El uso de drones, sensores, cámaras de alta definición y de la inteligencia artificial, en estos casos, los sistemas no están interconectados entre sí ni están abiertos a una mayor cooperación a nivel internacional.
“La originalidad de este programa radica en pretender aglutinar estas tecnologías en una única estructura centralizada de forma que todo esté conectado entre sí. Además, es un proyecto abierto a cualquier país que posea interés”, expresa Panayotis Apostolópulus, Jefe de Operaciones de Probotek.
Las condiciones climatológicas, la información en tiempo real de los 220 sensores y las imágenes proporcionadas por las cámaras, se coordinan de una misma sala de control.
Se ocurre algún evento, que se trate de humo como de fuego, suena una primera alarma que indica un cambio drástico de la temperatura de una zona en particular, a la que rápidamente acudirá un dron equipado con una cámara térmica. Luego la segunda alarma sonará si la temperatura supera los 100°, y en ambos sucesos seguirá sonando hasta verificar el suceso determinado.
El evento será confirmado mediante un dron que trabaja de manera autónoma con opción a un control manual en caso de la necesidad de monitorizar un suceso que así lo requiera.
Además, este programa brinda la ubicación exacta del lugar para poder de esta manera acceder a pie en caso de que la densidad del bosque no permita al dron obtener una imagen clara. Con conexión 5G, que permite enviar las imágenes en tiempo real, se alerta a las autoridades correspondientes de manera certera y eficaz. En caso de fallo de la red, también se utiliza el 4G y otras redes locales.
“En una ocasión detectamos a un hombre fumando en el bosque. El sistema es muy preciso y de gran sensibilidad. A pesar de algunas falsas alarmas, lo hemos calificado como algo normal al tratarse de un proyecto piloto”, señala Apostolópulus.
A finales de junio de este año, el proyecto comenzó a funcionar, aunque el equipo de Probotek comenzó a idearlo en 20220 por la preocupación generada debido a los grandes e incontrolables incendios.
El proyecto no fue ideado para dar una solución al problema de los incendios, al que ya se han aportado sistemas de inteligencia artificial, cámaras y sensores. El sistema tiene por objetivo la interconexión entre sí, para una mayor y mejor cooperación, por otra parte, se está ideando un sistema que sea lo más económico posible para cualquier empresa o Gobierno pueda acceder a él.
“Se trata de un sistema paraguas que integra diferentes soportes físicos y programas. Apuntamos muy alto, queremos que este proyecto sirva para conectarlo todo”, sostuvo Delaportas, CEO de Probotek.
Unir los sistemas antiincendios, es uno de los objetivos, pero, pretende con el tiempo la creación de ciudades inteligentes, en las que la tecnología digital estará totalmente integrada en su infraestructura, sus servicios y sus redes.
Luego de finalizar el proyecto, la empresa pactará con el Gobierno griego la muestra de los resultados, con la esperanza de poder realizar un programa aún mayor.
Los diferentes microclimas hicieron que el equipo de trabajo demorara un mes en estudiar minuciosamente el terreno. El bosque de Syngrou, calificado como un paisaje natural, tiene una extensión de 95 hectáreas y es uno de los últimos bosques naturales en la cuenca de Ática.
“En plena montaña este proyecto sería más desafiante y necesitaríamos una mayor logística”, aseveran Delaportas y Apostolópulus.
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Fuente: EFE: Verde, El Debate.