Argentina: “Canciones urgentes para mi tierra”.
Canciones urgentes para mi tierra nace por casualidad en las clases de música de una pequeña escuela de San Marcos Sud provincia de Córdoba, a cargo del Profesor Ramiro Lezcano. Participaron 350 artistas y ya van por su segundo disco y un documental.
Todo comienza con una pequeña idea y un gran sueño; surge de escuelas rurales de San Marcos Sud, situado al sur de la provincia de Córdoba casi al límite con la provincia de Santa Fe.
Este trabajo representa un fuerte arraigo a esa tierra y un mensaje de carácter urgente: la denuncia por la situación ambiental que padecen grandes y chicos, con los desmontes masivos y las fumigaciones con agro tóxicos.
A medida que el proyecto crecía, se iban sumando artistas destacados de nuestro país y el mundo, pero también se han sumado ingenieros de grabación, ilustradores, videastas, entre otros.
“Canciones urgentes para mi tierra” es un trabajo que lleva años y donde han participado 350 artistas junto a los chicos, en grabaciones en estudios importantes del país, también de España y Estados Unidos.
A través de un disco y de un libro que contiene la síntesis de cómo se trabajó en el aula, se ve reflejado este gran trabajo para que otras escuelas puedan replicarlo e imitarlo.
En la actualidad, los chicos ya están grabando el segundo disco y un documental; y sin bajar los brazos buscan conseguir armar en el pueblo un gran recital con todos los artistas que han colaborado.
Los artistas que han participado son: Pablo Milanés, Rubén Blades, Rubén Rada, hasta las coristas de Mick Jagger o Pink Floyd, León Gieco, Teresa Parodi, Víctor Heredia, Chana Carpentier, Abel Pintos, Jorge Rojas, Mona Jiménez, Billy Bond y Zeta Bosio; sumándose artistas de otros países como Cuba, Colombia, Chile, Perú, España y Rusia, de todos los géneros.
Todas las voces cantan e interpretan canciones compuestas por los chicos y se pueden escuchar en cancionesurgentespaarmitierra.com o en el libro disco que se publicó gracias a los subsidios del Inamu y de la Agencia Córdoba Cultura, para luego ser distribuido en las escuelas; todo de manera gratuita.
“La red de arte y amor que se puso en marcha con este proyecto que hace eje en la concientización ambiental involucra muchos actores más”, cuenta Ramiro Lezcano.
Ramiro es Profesor de Psicología y filosofía, pero músico de profesión, por pura vocación; como no existe el cargo en las escuelas rurales de su pueblo y alrededores, lo hace ad honorem.
Todo comienza con una canción compuesta en clase, una forma de transportar el dolor en arte, bajo las consecuencias de los desmontes y el uso de agro tóxicos que son realidades que padecen los chicos y chicas de esas escuelas en particular; tomando como base un ejercicio de hipertextualidad con la obra de María Elena Walsh y su “Juguemos en el mundo mientras el diablo no está”, crearon “Juguemos en el campo mientras Monsanto no está”. Realizaron este juego en cinco escuelas rurales en la que Lezcano daba clases, todas de pequeños pueblos cercanos como: San marcos Sud, Saira, Chilibroste y Justiniano Posse, de Córdoba y Bouquet de santa Fe.
“Poniendo en valor lo que es la ruralidad como usina creadora, quise que mis alumnos y docentes supieran que ese lugar propio está bueno y tiene un valor, no que tienen que ir a la ciudad para que valga”, reflexionó el Profesor.
De vez en cuando Lezcano le propuso a los chicos, escuchar el orden en que fueron grabadas las canciones, observar la tapa, leer quienes trabajaron para hacerlo: uno fue el que grabaron Silvio Rodríguez y Pablo Milanés; los chicos se quedaron sorprendidos con la voz del autor “Yo no te pido”.
Un alumno de segundo grado preguntó: “Profe, ¿por qué no invitamos a este señor que nos hiciste escuchar para que grabe con nosotros?
“Yo me reí, le dije que eso era imposible. Pero volví a casa y me quedé pensando: le había cerrado la ventana, no le di la posibilidad de soñar.
El paso siguiente fue hacer un cartel con el pedido: “Pablo ¡Ayudanos! Cantá con nosotrxs”. Sacarse una foto sosteniéndola y mandársela al músico, a los contactos disponibles, los de sus redes sociales.
Tras varios días, ocurrió lo inesperado, su esposa llamó por teléfono: “Pablo está encantado con la canción. Ahora está en México, pero en cuanto llegue a La Habana, con gusto va a grabar”.
Así comenzaba a tomar forma este proyecto, cada vez más se unían voces, se compusieron más canciones, se sacaron más fotos y se pidieron participaciones también de instrumentistas. Se armó una cadena de estudios de grabación en Córdoba y Buenos Aires, en Miami y Nueva York, en Madrid y en Bogotá hasta llegar a Rumania.
“Durante esos primeros cuatro años fuimos componiendo canciones que nacieron en el hecho +áulico. Tiene una etapa de investigación sobre una inquietud, que se fue ampliando. Porque primero fue la realidad más cercana, un pulmón verde pampeano que se achica ante sus ojos. Luego los temas se fueron ampliando: la minería a cielo abierto, la contaminación del aire y el agua, los humedales”, relata Lezcano.
Tantas voces se unieron, que ahora solo restaba mezclar todo, y así fue que grandes ingenieros de audio se sumaron, y una cosa lleva a la otra, así surgió la idea de un arte de tapa sumándose Rocambole.
“Llegar a cada uno fue una odisea única cada vez. Siempre motorizada por los alumnos, por lo que pasaba en clase. Perseveramos, insistimos, mandamos de a uno o cien mails hasta que alguien contestaba. Así fuimos sumando voluntades, con la generosidad y el amor de todos y cada uno de los que participaron”, recuerda el docente.
“Estas canciones son el testimonio vivo y urgente de un sueño que hicimos realidad. La utopía aún brilla en el horizonte. Y allá vamos”, expresa el escrito en el primer disco.
“Tal vez al principio había cierta precaución de los vecinos, pero han comprendido que no estamos atacando a los productores: es el modelo productivo el que hay que cambiar. También reconociendo que el arte tiene que ser ese aguijón. Hay canciones que tiene un mensaje muy esperanzador, otras transmiten tristeza o desencanto. Todas fueron válidas, porque los niños son permeables a todo eso. Y si surge una canción para exorcizar ese dolor, lo habilitamos”, describe el Profesor.
El segundo disco está en marcha y cuenta con la participación de alumnos de otras provincias como Entre Ríos, sensibilizados por el tema de los humedales, un coro de niños guaraní, uno de Santiago del estero cantando en quechua.
El proyecto que ya tiene la participación de escuelas de distintas provincias, a más de 350 artistas y 70 estudios de grabación en todo el mundo, ya está en la edición del segundo disco: “Mensajes de tierra adentro” y en un documental desde hace tres años con la productora Cactus Cine, que ya cuenta con un gran final: un concierto en el pueblo con los chicos y artistas que participaron de esta hermosa aventura.
“Me emociona que este proyecto enorme haya salido de clases de música, y de las aulas de una escuela rural. Es imperiosos que todas las escuelas tengan música, que les enseñen a los chicos a componer canciones. Y si las canciones que se crean en las aulas tiene esta ideología, la Argentina será otra”, expresa emocionado León Gieco.
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Fuente: Somos Bell Ville Tv, Página 12, Punto Córdoba, Canciones Urgentes Para mi Tierra,