Anorexia nerviosa: influencia de los patrones del sueño.
El peso corporal anormalmente bajo y el temor intenso a aumentarlo son los síntomas de un trastorno de la alimentación conocido como anorexia. La persona afectada también puede tener una percepción errónea de su peso.
Probablemente las causas de la anorexia sean una combinación de factores biológicos, psicológicos y del entorno, como en muchas enfermedades.
Los investigadores de Estados Unidos, el Reino Unido y Uruguay han descubierto una relación entre el trastorno alimentario de la anorexia y el levantarse temprano. Sería diferente a muchos otros trastornos, como la depresión, el trastorno por atracón y la esquizofrenia, que tienen hábitos nocturnos.
La investigación fue publicada en JAMA Network Open, https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2813601 , en colaboración con el Colegio Universitario de Londres y la Universidad de la República de Uruguay, investigadores del Hospital General de Massachusetts, afiliados a la Universidad de Harvard, lo dirigieron. Además, el estudio encontró una valoración entre la anorexia y el riesgo de insomnio.
Cuáles son las causas de la anorexia nerviosa?
La Clínica Mayo de EE.UU. UU. Dice que hay varias cosas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar anorexia.
Los cambios en genes pueden aumentar el riesgo de anorexia en algunas personas. Los individuos que tienen un antepasado cercano (padre, hermano o hijo) que haya sufrido el trastorno tienen un mayor riesgo de desarrollarlo.
La dieta también aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno de la alimentación. Dado que el hambre afecta el cerebro e influye en los cambios de estado de ánimo, la rigidez en el pensamiento, la ansiedad y otros síntomas, existen pruebas sólidas de que muchos de los síntomas de la anorexia en realidad son síntomas de hambre.
El hambre y el adelgazamiento pueden alterar la forma en que funciona el cerebro de las personas vulnerables, lo que puede llevar a comportamientos alimentarios restrictivos y dificultar el regreso a hábitos alimentarios saludables.
Los expertos de la Clínica Mayo también señalan que los cambios, ya sea cambiar de escuela, casa o trabajo, cortar una relación o la muerte o enfermedad de un ser querido, pueden causar estrés emocional y aumentar el riesgo de anorexia.
Investigaciones anteriores han sugerido una posible conexión entre los trastornos alimentarios y el reloj interno del cuerpo, también conocido como reloj circadiano, que controla una variedad de funciones biológicas, incluido el sueño y tiene un impacto en casi todos los órganos del cuerpo.
Qué se descubrió sobre los sueños de las personas que sufren de anorexia?
En el último estudio, los científicos de Estados Unidos, Reino Unido y Uruguay intentaron comprender mejor esta conexión al examinar los genes relacionados con la anorexia, el reloj circadiano y diversos síntomas del sueño, como el insomnio.
Para determinar cómo los genes relacionados con un rasgo afectan otros rasgos importantes, los investigadores utilizaron una técnica estadística conocida como "aleatorización mendeliana". Por ejemplo, investigar los patrones de sueño de personas con variaciones genéticas que aumentan la probabilidad de desarrollar anorexia proporciona pruebas de su relación con el sueño.
Los investigadores descubrieron una conexión bidireccional entre los genes relacionados con la anorexia y los genes relacionados con el cronotipo matutino, que significa despertarse temprano y acostarse temprano.
En otras palabras, los resultados indican que ser madrugador podría aumentar el riesgo de desarrollar anorexia, y que tener anorexia podría provocar un despertar temprano.
Cuál es la relación entre la anorexia y el insomnio?
Además, el equipo encontró una conexión entre la anorexia y el insomnio. Utilizando el Biobanco Mass General Brigham para evaluar más a fondo la conexión con el insomnio, los científicos desarrollaron una "puntuación de riesgo genético" para la anorexia. Los científicos confirmaron que la puntuación de riesgo genético estaba efectivamente relacionada con un mayor riesgo de insomnio.
“Nuestros hallazgos implican que la anorexia nerviosa es un trastorno matutino, a diferencia de la mayoría de las enfermedades psiquiátricas nocturnas, y respaldan la asociación entre anorexia nerviosa e insomnio observada en estudios anteriores”, afirmó el autor principal, Hassan Dashti, investigador adjunto del Departamento de Anestesia, Cuidados Críticos y Medicina del Dolor del Hospital General de Massachusetts y profesor adjunto de Anestesia de la Facultad de Medicina de Harvard.
Los tratamientos para la anorexia nerviosa son limitados y actualmente presentan tasas de caída del 52 %. Además, la causa de la enfermedad aún no está clara, pero como tiene la segunda tasa de mortalidad más alta de todas las enfermedades psiquiátricas, se necesita desesperadamente más investigación sobre nuevas formas de prevenir y tratar la enfermedad.
“Las implicancias clínicas de nuestros nuevos hallazgos no están claras en la actualidad; sin embargo, nuestros resultados podrían orientar futuras investigaciones sobre terapias basadas en el sistema circadiano para la prevención y el tratamiento de la anorexia nerviosa”, señaló Hannah Wilcox, autora principal del estudio e investigadora en el MGH.
Otros autores son Valentina Paz, de la Universidad de la República, en Uruguay, Richa Saxena, John Winkelman y Victoria Garfield. Contaron con financiamiento de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos para realizar el estudio.
La Doctora María Teresa Calabrese, médica endocrinóloga, psiquiatra y psicoanalista, especializada en enfermedades psicosomáticas. miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA), consideró: “El estudio publicado pone solo el foco en un solo aspecto de los factores asociados a la anorexia. Pero hoy se piensa más que el trastorno es policausal. Hay una predisposición genética que se podría combinar con situaciones del grupo familiar particulares, que llevan a que las personas sientan un vacío existencial.
En la adolescencia y la juventud, las personas pueden sentir un vacío interior y se identifican con la cultura que idealiza la delgadez y la juventud. Si se juntan esos factores, se aumenta el riesgo de desarrollar la anorexia. Para el tratamiento es importante tener en cuenta esos factores”.
El sueño desempeña un papel fundamental en nuestra salud y bienestar. El insomnio, por otro lado, puede interferir con nuestra capacidad para descansar adecuadamente, lo que afecta negativamente nuestra calidad de vida. Es crucial comprender este trastorno y descubrir estrategias para manejarlo de manera efectiva.
Qué es el insomnio?
El insomnio se caracteriza por la dificultad para conciliar o mantener el sueño, lo que lleva a una falta de descanso adecuado. Las personas que padecen insomnio a menudo experimentan dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche o despertarse temprano en la mañana sin poder volver a dormir.
Tipos de insomnio.
Existen diferentes tipos de insomnio, cada uno con sus características distintivas. El insomnio agudo es de corta duración y generalmente está relacionado con situaciones estresantes o traumáticas. Puede durar desde unos pocos días hasta algunas semanas y, por lo general, se resuelve una vez que la causa subyacente se ha abordado.
Por otro lado, el insomnio crónico es más persistente y ocurre al menos tres noches a la semana durante un período de tres meses o más. Puede estar asociado con factores físicos, psicológicos o ambientales, y a menudo requiere intervención médica o terapéutica para su manejo.
Causas.
El insomnio puede tener múltiples causas, y a menudo es el resultado de una combinación de factores. Las preocupaciones y el estrés pueden ser desencadenantes comunes del insomnio, ya que la mente inquieta y llena de pensamientos puede dificultar la relajación necesaria para conciliar el sueño.
Además, el consumo excesivo de cafeína y alcohol, especialmente antes de acostarse, puede perturbar el ciclo del sueño y contribuir al insomnio. Algunos medicamentos, como los utilizados para tratar la presión arterial alta o la depresión, también pueden afectar la calidad del sueño.
Otros factores que pueden contribuir al insomnio incluyen los trastornos de salud mental, como la ansiedad y la depresión, problemas respiratorios como la apnea del sueño, el dolor crónico, los cambios en el entorno de sueño, como el trabajo nocturno o los viajes frecuentes, y los trastornos del ritmo circadiano.
Consecuencias del insomnio.
El insomnio no solo implica pasar noches en vela, sino que también tiene consecuencias negativas para nuestra salud y bienestar en general. La falta de sueño adecuado puede afectar nuestra capacidad de concentración, memoria y toma de decisiones. Además, puede contribuir a cambios de humor, irritabilidad, disminución del rendimiento laboral o académico, fatiga constante y disminución del sistema inmunológico.
A largo plazo, el insomnio crónico se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardíacas y trastornos del estado de ánimo. Por lo tanto, es fundamental abordar el insomnio de manera efectiva para mantener una buena salud física y mental.
Cómo combatirlo?
Hábitos saludables para mejorar el sueño.
Existen una serie de hábitos y prácticas que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño y combatir el insomnio.
Establecer una rutina regular de sueño, irse a la cama y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, puede ayudar a regular el reloj interno del cuerpo y promover un mejor descanso.
Crear un ambiente propicio para dormir es igualmente importante. Mantener el dormitorio oscuro, tranquilo y a una temperatura adecuada puede ayudar a inducir el sueño.
Evitar el uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles o tabletas, antes de acostarse también es recomendable, ya que la luz azul emitida por estos dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, una hormona clave para regular el sueño.
Limitar la ingesta de cafeína y alcohol, especialmente por la tarde o noche, puede facilitar conciliar el sueño. Realizar ejercicio regularmente, preferiblemente durante el día, puede promover la fatiga física y mental, lo que facilita la llegada del sueño por la noche. La práctica de técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el yoga, también puede ayudar a reducir el estrés y promover un estado de relajación propicio para dormir.
Tratamientos para el insomnio.
En algunos casos, adoptar hábitos saludables puede no ser suficiente para superar el insomnio. En tales situaciones, es recomendable buscar ayuda médica o terapéutica para abordar el trastorno de manera más específica. Los tratamientos para el insomnio pueden incluir tanto enfoques farmacológicos como no farmacológicos.
Los medicamentos recetados, como los hipnóticos o sedantes suaves, pueden ser utilizados en casos de insomnio crónico y bajo supervisión médica. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos medicamentos pueden tener efectos secundarios y no deben ser utilizados a largo plazo sin la supervisión adecuada.
Por otro lado, las terapias cognitivo-conductuales (TCC) han demostrado ser altamente efectivas para el tratamiento del insomnio.
Estas terapias se centran en identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al insomnio. La higiene del sueño, la relajación progresiva y la restricción del sueño son algunos de los enfoques comunes utilizados en la TCC para el insomnio.
También existen aceites con CBD que ayudan a mejorar la calidad del sueño y aliviar los problemas de insomnio al reducir la ansiedad.
Es importante consultar a un profesional de la salud especializado en trastornos del sueño para determinar el tratamiento más adecuado según las circunstancias individuales.
Relación entre insomnio y ansiedad.
La relación entre el insomnio y la ansiedad es estrecha y bidireccional. La ansiedad puede contribuir al desarrollo o empeoramiento del insomnio, ya que la preocupación constante y los pensamientos negativos pueden interferir con la capacidad de conciliar el sueño. Por otro lado, el insomnio crónico puede aumentar los niveles de ansiedad, ya que la falta de sueño adecuado puede hacer que una persona se sienta más irritable, preocupada y menos capaz de hacer frente al estrés diario.
Es fundamental abordar tanto el insomnio como la ansiedad de manera conjunta para lograr un sueño reparador y una mejor salud mental. El manejo del estrés, la terapia cognitivo-conductual y otras técnicas de relajación pueden ser útiles para abordar tanto el insomnio como los síntomas de ansiedad.
Insomnio crónico.
Cuando el insomnio persiste durante un período prolongado, se clasifica como insomnio crónico. Este tipo de insomnio puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de una persona, afectando su rendimiento laboral, sus relaciones personales y su bienestar en general. El insomnio crónico puede ser causado por factores subyacentes más complejos, como trastornos del sueño, condiciones médicas o trastornos mentales.
Si se experimenta insomnio crónico, es importante buscar ayuda médica y especializada. Un profesional de la salud especializado en trastornos del sueño puede realizar una evaluación completa y determinar el tratamiento más adecuado para abordar la causa subyacente del insomnio.
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Fuente:
Instituto de Investigaciones del Sueño, Infobae, Orange España, Azteca Noticias.