Afinidad con las mascotas.
Ciertamente existen diferencias entre las personas que prefieren los perros a los gatos, y no hay duda de que son miembros especiales de nuestra sociedad, que existen en muchos hogares de todo el mundo.
Históricamente, esta convivencia entre mascotas y humanos no siempre ha sido armoniosa y, lamentablemente, en ocasiones ha terminado en la peor forma de maltrato: el abandono.
Saber de antemano cuál de estas dos especies es más adecuada a nuestro carácter, hábitos y entorno es un mecanismo de espera que evita errores de selección y, en el mejor de los casos, acaba con un animal en un refugio.
La cinofilia se entiende como amar a los perros, y amar a los gatos se llama ailurofilia. Ambas son palabras griegas que básicamente significan amor y pasión por los perros y gatos, pero algunas de ellas suelen caer en un fanatismo extremo.
Si bien la mayoría de las personas se describen a sí mismas como abiertas a la compañía de perros, otro grupo grande prefiere claramente la compañía de gatos.
Esta elección está determinada por muchos aspectos y matices de nuestros hábitos y personalidad. Varios estudios científicos afirman que diversos aspectos de la personalidad se basan en esta distribución de preferencias. Los resultados más importantes y fiables dependen de si eres hombre o mujer.
Hombres.
Se han encontrado diferencias significativas en dos rasgos de personalidad de los evaluados:
Responsabilidad: los hombres que sindican a los perros como sus favoritos son más responsables que los que prefieren a los gatos.
Sensibilidad emocional: es mucho mayor en hombres amantes de los gatos que en los que prefieren a los perros.
Mujeres.
Las mujeres han mostrado diferencias significativas en muchas más variables entre las estudiadas para saber si se consideran más gatunas que perrunas.
Reflexión: las mujeres partidarias de los gatos piensan más detenidamente antes de tomar decisiones.
Autosuficiencia: las fans de los felinos son más autosuficientes e independientes.
Responsabilidad: las mujeres perrunas, son como los varones perrunos, más responsables que las gatunas.
Extroversión: las mujeres que prefieren a los perros son más extrovertidas que las apasionadas de los gatos.
Fortaleza mental: en este aspecto las mujeres perrunas muestran mayor autocontrol y estabilidad emocional.
Elegir un perro o un gato de compañía es una decisión que refleja la esencia de la naturaleza: la diversidad, aceptando las diferencias que sustentan la vida y mantienen la sociedad en funcionamiento. Vivir con un perro o un gato no es ni bueno ni malo, sólo depende de tu personalidad y de si la relación será feliz y duradera.
Tanto los perros como los gatos son excelentes mascotas, pero es importante recordar que sus necesidades y cuidados son de especies diferentes. Es muy importante conocer los requerimientos físicos y psicológicos de cada especie, especialmente de cada individuo, antes de aparecer.
Pero mucho más importante es valorar nuestra capacidad de satisfacer estas necesidades sin sufrir el castigo. Debe haber una motivación intrínseca por cuidar a nuestros animales y aquí es donde entra en juego nuestra personalidad.
Se puede optar por el modo "dual" y elegir un perro y un gato al mismo tiempo. Dado que no se trata de preferencias exclusivas, hay muchas personas que no pueden decir qué especie prefieren, o que viven una vida sana y feliz con ambas especies.
En conclusión, podemos decir que convivir con un perro requiere de una adecuada orientación por parte de una persona más responsable que un gato debido a los cuidados que requiere la especie.
Los amantes de los gatos generalmente prefieren animales que sean autosuficientes y que no requieran horas de compañía y devoción al día, lo consideran algo más espiritual; ambas mascotas ofrecen grandes beneficios.
Qué es la ailurofilia?
Para definir la palabra ailurofilia, en primer lugar, es importante conocer su etimología. El término ailurofilia proviene de las palabras griegas "ailuro", que significa gato, y "philos", que se traduce como amor o atracción hacia algo. Esta pasión por los gatos, que en ocasiones puede llegar a ser desmedida y, por tanto, patológica, provoca en la persona sentimientos de afecto, admiración, fascinación e incluso placer sexual. En los casos en los que esto último ocurre (y la persona siente atracción física hacia estos animales) estaríamos hablando de una parafilia, un patrón de conducta que implica la existencia de un interés y un acercamiento de tipo sexual hacia el felino.
Las parafilias con animales pueden llegar a ser realmente incapacitantes en los casos más graves y convertirse en un trastorno mental; en ese caso, la persona no puede evitar pensar de forma constante y obsesiva en el animal y presenta grandes dificultades para frenar sus impulsos sexuales, además de una variedad de síntomas que describimos a continuación.
Síntomas de la ailurofilia.
Las personas pueden presentar distintos grados de ailurofilia, y podemos hablar de tres condiciones o grandes grupos de síntomas:
Ailurofilia o amor por los gatos.
El amor hacia los animales y, en especial, el que muchas personas sienten hacia sus mascotas es algo natural y completamente normal. Tener interés y fascinación por estos animales puede ser una fuente de estímulos positivos que aporte un gran bienestar y esto no tiene por qué derivar en una atracción desmedida. De hecho, la gran disponibilidad de imágenes de gatos que tenemos, tanto en televisión como en internet, hace que la atracción hacia estos felinos se desarrolle con mayor rapidez que la que puede darse hacia otros animales.
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Ailurofilia como trastorno parafílico.
Un pequeño porcentaje de las personas que desarrollan una gran pasión por los gatos puede terminar obsesionándose con estos animales y acabar padeciendo un trastorno mental: una parafilia, la atracción inapropiada e incontrolable hacia el animal que termina por generar un gran malestar a la persona.
Ailurofilia como trastorno por acumulación.
Este trastorno, también conocido con el nombre de “síndrome de Noé”, es un desorden mental que consiste en acumular gran cantidad de animales, en este caso gatos, sin proporcionarles los cuidados mínimos. Con frecuencia, los animales terminan desnutridos, enfermos y con graves problemas de socialización. Las personas con este trastorno no suelen tener conciencia del problema y esto hace que sea más complicado su tratamiento.
Cinofilia.
La cinofilia es, en pocas palabras, la afición por los perros o en general por las razas caninas.
Etimológicamente, esta palabra está formada por raíces griegas cuyo significado es interpretado literalmente como “crianza o afición hacia los perros”.
Como puedes apreciar, se compone de “kyon» o “kynos” que significa perro y philein que significa amar, a lo cual se añade el sufijo “ia” que denota una cualidad.
Esta palabra es poco conocida. De hecho, hay personas que poseen esta afición, pero no tienen idea de que se llama de esa forma y es que el amor por las razas caninas proviene de épocas antiguas en las que comenzó a domesticarse al perro.
Qué significa ser cinófilo?
Ahora que sabes lo que significa la palabra cinofilia, tendrás una idea más clara sobre lo que es ser cinófilo.
Se conoce como cinófilo a aquella persona que tiene un interés particular por las razas caninas y ha adquirido conocimientos acerca de su crianza en forma selectiva. Por lo general, suelen dedicarse a la cría de perros y exposiciones de ejemplares.
Este tipo de personas realmente se interesa por los perros y es debido a ello que su conocimiento al respecto es muy amplio, aunque generalmente tienen un gusto particular por ciertas razas en específico y se especializan en ellas.
Gracias a personas como estas, ciertas razas caninas se mantienen alejadas de la extinción. De hecho, a lo largo de la historia se han registrado momentos en los que muchas de ellas se podrían haber perdido de no haber sido por los cinófilos que las rescataron y se dedicaron a criarlas.
También se le reconoce a la labor de los cinófilos la existencia de muchas razas actuales como el Dogo Argentino, el cual es producto del cruce entre el perro de pelea cordobés que ya está extinto con otras razas provenientes de Europa como el Bull Terrier, Bulldog, Alano español y Mastín español.
Cinología.
Es frecuente que exista confusión entre el término cinofilia y cinología, pero, aunque ambos estén relacionados con los canes, no son lo mismo.
La cinología se trata del estudio del perro con fines científicos y desde una perspectiva más técnica, mientras que la cinofilia involucra otros aspectos relacionados con los cuidados y el placer que proporciona el simple hecho de criar, educar y mantener a ciertos tipos de perros en particular.
Me encantan los perros ¿Soy cinófilo?
El solo hecho de que se prefiera los perros no es suficiente para considerarte cinófilo.
La cinofilia va mucho más allá de eso, se trata de una pasión y afición por conocer acerca de ciertas razas caninas en particular a tal punto de que incluso se dedican a cuidarlas, criarlas y prepararlas para participar en competencias.
En dichas competencias se toman en cuenta detalles muy específicos sobre cada raza, especialmente en términos físicos. Se les suelen tomar las medidas a los ejemplares y se evalúa su condición para premiar a aquellos perros que mejor representan a su raza.
Es por ello que los cinófilos deben garantizar a sus perros los cuidados esenciales, pero además especializados para su condición en particular. Esto incluye alimentación, vacunación, ejercicio, juego, higiene, corte de pelo y uñas, revisión dental y más.
El que practica cinofilia realmente dedica mucho tiempo de su día a día a su afición, representada por los perros que están a su cargo y, en ocasiones, incluso puede obtener una recompensa monetaria por eso si consigue ganar la competencia.
Fuentes:
Canal 4, Infobae, Cinofilia Sud, Psicología Online, Oxitocina Magazine, DW Documental.