11 de abril: Día Mundial del Parkinson.
Cada 11 de abril se celebra el Día Mundial del Parkinson coincidiendo con el aniversario de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 descubrió esta enfermedad, en aquel tiempo lo llamó parálisis agitante.
El mal de Parkinson es una condición degenerativa, que se caracteriza por causar severos daños neurológicos, donde el paciente presenta problemas para controlar el movimiento de su cuerpo.
El daño aparece cuando las células del sistema encargadas de producir dopamina detienen su producción y esto termina por desencadenar la enfermedad. Los síntomas aparecen en forma progresiva afectando algunas zonas del cuerpo como las manos, los brazos, las piernas y el rostro, luego comienza a extenderse a todo el cuerpo, causando rigidez motora, problemas de equilibrio y coordinación.
La OMS reveló que es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo, después del Alzheimer y en la mayoría de los pacientes los síntomas aparecen antes que los indicios motores, conocidos por temblores, indica el organismo mundial.
La falta de olfato, estreñimiento, alteraciones durante la etapa de sueño REM o sueño profundo y en el ánimo o depresión, la aparición de dolor o trastornos cognitivos pueden indicar que el proceso de esta patología neurodegenerativa comienza en áreas profundas del cerebro y en el tronco cerebral.
En nuestro país afecta a unas cien mil personas y existen algunos tratamientos farmacológicos y unos pocos quirúrgicos, según los especialistas médicos.
“Los síntomas motores que hacen al diagnóstico de esta enfermedad son temblor (de reposo), que son oscilaciones rítmicas de las manos que son asimétricas, la lentitud del movimiento (bradicinesia), al igual que las articulaciones, la rigidez (resistencia a la movilización pasiva de las articulaciones) y la inestabilidad postural”, indica Ricardo Maiola, Médico del Programa de Parkinson y Movimientos Anormales del Hospital de Clínicas.
“No tenemos estadísticas oficiales, pero es la segunda enfermedad neurodegenerativa después del Alzheimer y que después de los 60 años aumenta la prevalencia, lo cual no quiere decir que los jóvenes no padezcan la enfermedad. Especialmente sucede en quienes tienen mutaciones genéticas. El Parkinson es una enfermedad de diagnóstico clínico, es decir, no hay ningún biomarcador o radiología que pueda certificar o descartar la enfermedad, sin embargo, hay estudios que permiten acercar o alejar la probabilidad del diagnóstico”, expresa Maiola.
“Hay un diagnóstico clínico en donde se revisa al paciente y se evalúa la movilidad de las articulaciones, la flexibilidad, el equilibrio y cuestiones neurológicas que permiten llegar al diagnóstico de la enfermedad. La misma se desarrolla por la falta de producción de dopamina, y que se agotó entre el 90% y 95% de las células que forman dopamina es cuando empiezan a manifestarse los síntomas”, asevera Jorge Mandolesi, Jefe del Departamento de Neurocirugía de la Fundación Favaloro.
El tratamiento en su mayoría es farmacológico, y en menor medida los tratamientos quirúrgicos, en donde aparece la estimulación cerebral profunda en dos áreas del cerebro, o también la colocación de un implante de electrodos en el cerebro.
“Los pacientes comienzan con la medicación en dosis bajas que va aumentando lentamente en la medida en la que los síntomas requieran más medicación. En el caso de una intervención quirúrgica, los electrodos que se introducen en el cerebro son muy delgados y se utilizan para restablecer el funcionamiento de los núcleos que están afectados por la falta de dopamina, dando un estímulo permanente como si fuera un marcapasos. Una pregunta muy común de los pacientes es si se trata de una enfermedad hereditaria. Son muy pocos los casos que tienen una carga genética hereditaria, casi un 5% nada más. No es algo habitual. Son muchos los factores que lo pueden influir, no hay un agente directo identificado”, aclara Mandolesi.
La evolución de esta enfermedad es variable, los pacientes presentan distinta velocidad de progreso en cuanto a los síntomas y en la actualidad existen variados tratamientos para poder abordar este padecimiento.
“No hay que tener miedo a esta enfermedad. No podemos hablar de cura porque se tratan de síntomas, pero esos síntomas son tratables”, concluye el especialista médico.
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Fuente: Instituto Privado Kremer, Télam, Asociación Parkinson, CMM Castilla, Canal Once, unlam tv, HGM-TV.