10 hábitos alimenticios saludables que mejorarán tu vida
Junto con hábitos saludables como hacer ejercicio físico regularmente también ayuda a disminuir el riesgo de contraer enfermedades como afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
10 consejos para mantener hábitos alimenticios saludables
Una dieta saludable se basa en hábitos de alimentación consciente, actividad física y el consumo de alimentos variados, naturales y poco procesados, como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, pescado, huevos, lácteos y carnes magras. Esto nos permitirá incorporar nutrientes fundamentales para mantener una buena salud y prevenir enfermedades. Veamos entonces 1o tips para incorporarlos en nuestro día a día.
1. Incorporá una cantidad suficiente de frutas y verduras en su dieta:
Las frutas y verduras contribuyen a una vida sana, dado que están llenas de vitaminas, minerales y antioxidantes que son esenciales para una buena salud. Tratá de comer al menos cinco porciones de frutas y verduras por día. Además, es una gran forma de mantenerse hidratado.
2. Consumí granos integrales:
Elegí granos integrales en lugar de granos refinados para fortalecer los hábitos de vida saludables. Los cereales integrales son una buena fuente de fibra, que pueden ayudarte a sentirte lleno y satisfecho después de comer. También contienen nutrientes que son importantes para la salud del corazón. Los granos refinados, por otro lado, han sido despojados de su fibra y nutrientes .
3. Incluí proteína magra en tu dieta:
La proteína es esencial para la construcción y reparación de tejidos, manteniendo así una buena calidad de vida a largo plazo. También te ayuda a sentirte lleno y satisfecho después de comer. Buenas fuentes de proteína magra incluyen pollo, pescado, porotos, garbanzos y lentejas.
4. Limitá su consumo de grasas saturadas y no saludables:
Las grasas saturadas y no saludables pueden elevar los niveles de colesterol, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Limitá el consumo de grasas saturadas a menos del 10% de tus calorías diarias y de grasas no saludables a menos del 30%.
5. Elegí productos lácteos bajos en grasa o sin grasa:
Los productos lácteos son una buena fuente de calcio, proteínas y otros nutrientes. Sin embargo, muchos productos lácteos tienen un alto contenido de grasa. Elegí productos lácteos bajos en grasa o sin grasa para reducir su consumo de grasas no saludables.
6. Limitá el consumo de azúcar:
El azúcar es una fuente importante de calorías vacías. También puede contribuir al aumento de peso y otros problemas de salud. Limitá el consumo de azúcar agregada a menos del 10% de sus calorías diarias. Eliminar las bebidas azucaradas no solo contribuirá a conseguir este objetivo, también conducirá a un estilo de vida más saludable y una dieta equilibrada.
7. Tomá mucha agua.
El agua es esencial para una buena salud. Ayuda a mantener tu cuerpo hidratado y funcionando correctamente. Tratá de tomar ocho vasos de agua por día. Muchas pulseras, relojes y teléfonos inteligentes tienen incorporado el seguimiento de cantidad de vasos de agua que te va a ayudar a incorporar el hábito.
8. Cociná en casa más seguido:
Cuando cocinas en casa, tenés más control sobre los ingredientes de tu comida. Esta es una excelente manera de reducir la ingesta de grasas no saludables, azúcar y sal en exceso.
9. Leé las etiquetas de los alimentos cuidadosamente:
Cuando compres comida, asegurate de leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos. Esto te ayudará a tomar decisiones mejor informadas sobre qué comprar.
10. Hacé cambios graduales:
No intentes hacer demasiados cambios en tu dieta de una sola vez. Es probable que esto sea abrumador e insostenible. En su lugar, hacé cambios pequeños y graduales que puedas mantener a largo plazo. Por último y súper importante, ver a tu médico de cabecera para que te asesore y guíe antes, durante y después de un cambio de hábitos alimenticios.
Hacer de la alimentación saludable un hábito requiere tiempo y esfuerzo, pero vale la pena. Cuando comés sano, te sentís mejor, tenés más energía y reducís el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. ¿Entonces, Qué esperás? ¡Comenzá a tomar decisiones saludables hoy!