10 datos clave sobre la ballena franca austral
- Su nombre es Eubalaena australis: Es una especie de cetáceo de la familia Balaenidae, propia del Hemisferio Sur (de los 20° a los 60° de latitud en los océanos Pacífico sur, Atlántico sur e Índico sur).
- Es una de las ballenas más grandes: Su tamaño promedio es de 13 a 15 metros de largo en el caso de los machos y alrededor de 16 metros en las hembras. Pesan alrededor de 40 toneladas y al nacer ya miden de 3 a 5 metros, desde el hocico hasta la cola.
- Sus famosos callos en la piel funcionan como huellas dactilares: identifican a cada ballena durante toda su vida. Son áreas de piel elevadas, de más de 5cm de grosor, que aparecen en distintas partes de sus cabezas.
- Son tranquilas, curiosas y bastante lentas para nadar: Como máximo de 9 a 11 km/h. Para comunicarse saltan y dan golpes con sus aletas en el agua.
- ¡Viven entre 50 y 100 años!
- En vez de dientes tienen barbas largas: Son láminas de queratina que cuelgan del maxilar superior. Esas barbas les permiten alimentarse «por filtro»: abren sus mandíbulas mientras nadan y después las cierran, usan su garganta y su lengua para que el agua vuelva a salir de su boca a través de las barbas, lo que permite que el agua salga mientras capturan las presas.
- Su alimento principal es el krill y peces pequeños.
- Un tercio de todas las ballenas francas del mundo utiliza las bahías protegidas de la Península Valdés, en Argentina: como hábitat de apareamiento y parición entre los meses de mayo y diciembre.
- Estas ballenas pueden llegar a verse en Argentina (Península Valdés), Australia, Sudáfrica, Chile, Uruguay, Tristán de Acuña (dependencia británica de ultramar) y Nueva Zelanda.
- A diferencia de las ballenas francas del Atlántico Norte y del Pacífico Norte (ambas en peligro de extinción), la ballena franca austral pudo recuperarse de siglos de cacería comercial
¿Cómo afecta la pesca industrial a la ballena?
Lamentablemente hoy su hogar está invadido por barcos industriales. La presencia de cientos de embarcaciones que se instalan en el límite fronterizo de las aguas nacionales en el Mar Argentino no es nada positivo para ellas. Si bien su gran tamaño impide que sean levantadas con redes hacia los buques, están expuestas a varios peligros:
Riesgo de choques o colisiones
La presencia de muchísimos barcos pesqueros en la zona de hábitat y en la ruta migratoria de la ballena franca austral (desde la Antártida hasta la Península Valdés) aumenta el riesgo de choques o colisiones que pueden terminar lesionándola.
Esto podría suceder porque los buques de pesca industriales navegan a una velocidad mayor que el movimiento de las ballenas (2 nudos aproximadamente cuando se alimenta). Aunque tiende a apartarse de la rutas de las embarcaciones, lo que más podría dañarla son los cambios de rumbo repentinos.
De hecho, en el Atlántico Norte, desde 1970 hasta 2009, el 80% de las muertes de ballenas francas fueron provocadas por enmallamientos en redes de pesca y colisiones con barcos.
Métodos de pesca
Las técnicas de pesca destructiva que usan muchos pesqueros arrasan indiscriminadamente con la vida en el mar afectando los ecosistemas con los cuales las ballenas conviven e interactúan.
Ruidos
Los sonidos de las ballenas se propagan grandes distancias en el mar. Hoy en día la contaminación sonora del mar, en especial por embarcaciones, es cada vez mayor y hay preocupación de que pueda afectar la comunicación de las ballenas.